El Papa Benedicto XVI hizo hoy un llamamiento, al final de la Audiencia General, a favor de las poblaciones cristianas de Paquistán, y en especial de Asia Bibi, la mujer condenada a muerte por blasfemia.
El Papa, recogiendo la petición de los obispos católicos de Paquistán, hizo suya la defensa de esta mujer cristiana, que el pasado 7 de noviembre fue condenada a la horca por un tribunal del Punjab, por haber supuestamente blasfemado contra el profeta Mahoma, informa Zenit.
Dirigiéndose a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI pidió a todos rezar “por la difícil situación de los cristianos en Paquistán, a menudo víctimas de violencias y discriminación”.
Quiso también manifestar su “cercanía espiritual a Asia Bibi y a sus familiares”, pidiendo que “le sea restituida la plena libertad”.
´´Rezo – concluyó el Papa – por cuantos están en situaciones análogas y para que su dignidad humana y sus derechos fundamentales sean plenamente respetados”.
Benedicto XVI ha puesto en manos de la diplomacia vaticana y de la Conferencia Episcopal de Pakistán (CEP) la salvación de la vida de Asia Bibi, la madre de cinco niños condenada a muerte por una supuesta blasfemia contra Mahoma. Según confirmaron fuentes de la Santa Sede, el Papa ha puesto en marcha un protocolo de actuación similar al utilizado en el caso de Sakineh Mohammadi Ashtiani, la iraní condenada a muerte por adulterio.
El cardenal ghanés Peter Kodwo Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, aseguró que su dicasterio tiene previsto ponerse en contacto en breve con el episcopado paquistaní para mostrar el respaldo de la Santa Sede en su campaña para salvar a Asia Bibi. Al mismo tiempo que se deja a la CEP el protagonismo en la mediación con el Gobierno de Asif Ali Zardari y la movilización popular en aquel país, Turkson afirmó que la diplomacia vaticana ya trabaja para librar a Bibi de la horca. Incluso se especula con una posible convocatoria en el Palacio Apostólico del representante diplomático paquistaní ante la Santa Sede para tratar esta cuestión.
De momento, en el Vaticano nadie quiere hacer declaraciones oficiales de condena a Islamabad. La experiencia aconseja guardar silencio y confiar en los canales habituales.
«Un comentario nuestro podría ser malinterpretado y hacer que la situación empeore para Asia Bibi. No queremos que se les dé la vuelta a unas palabras dichas con inocencia y haya luego represalias contra ella», explica el cardenal Turkson. Basta recordar la polémica surgida en muchos países musulmanes cuando fue tergiversado el discurso de Benedicto XVI en Ratisbona para confirmar que la prudencia es el mejor camino en casos como el de la pakistaní.
La mesura no impide al jesuita Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, asegurar que en el Vaticano se sigue con «enorme atención y preocupación» la situación de Asia Bibi. Lombardi subraya además la «gran movilización» que se está produciendo en el mundo católico para salvar a la cristiana paquistaní.
Otras fuentes vaticanas que prefieren mantenerse en el anonimato explicaron que, además de afrontar la emergencia actual y evitar que Bibi sea ajusticiada, es fundamental que Pakistán derogue la ley que permite que alguien pueda ser condenado por blasfemar. Con esta normativa se abre una peligrosa puerta para la persecución a las minorías religiosas por parte del Estado, que sufre la presión de los radicales y de la mayoría musulmana.
Las mismas fuentes aseguraron que la defensa de la libertad religiosa ocupará probablemente un lugar destacado entre los temas tratados por Benedicto XVI en sus próximas intervenciones públicas de mayor calado.