Los obispos de África Occidental, representando a 15 países, del Sahel y de la costa occidental africana, desde Nigeria al Sáhara Occidental, reunidos en asamblea en Uagadugú, Burkina Faso, han pedido a los jóvenes africanos que perseveren en quedarse en sus países y en trabajar duro para ayudar a África, y que eviten los peligros de la emigración desordenada.
En su nota final tras varias semanas de encuentro los obispos, coordinados en la RECOWA-CERAO (https://recowacerao.org), dicen que "comprenden la sed de felicidad y de bienestar que nuestros países no les ofrecen. El desempleo, la miseria y la pobreza siguen siendo males que humillan y perturban las conciencias. Sin embargo, esta situación no debe llevarlos a sacrificar sus vidas por caminos peligrosos y destinos inciertos. ¡No se dejen engañar por falsas promesas que los llevarán a la esclavitud y a un futuro ilusorio! Con trabajo duro y perseverancia se puede tener éxito en África y, lo que es más importante, hacer de este continente una tierra próspera".
Obispos de 15 países, desde el Sáhara Occidental a Nigeria, se han reunido en Burkina Fasso y han hablado de los problemas de sus países e iglesias, muchas de ellas en un gran crecimiento
El documento final de la asamblea, que se ha difundido también por la agencia misionera vaticana Fides, dice que "en la situación actual de nuestro continente, la Iglesia debe ser un signo de esperanza". Y añade: "De manera especial, instamos a los jóvenes a que ocupen el lugar que les corresponde en la Iglesia y en la sociedad y, en particular, a que tomen conciencia de los peligros de la migración irregular".
"En este contexto, no podemos permanecer callados ante el fenómeno de la migración, especialmente en Europa. Nuestros corazones como pastores y padres sufren al ver barcos sobrecargados de gente joven, mujeres y niños que se hunden en las olas del Mediterráneo".
Dirigiéndose a los políticos de sus países, los obispos exhortan "a luchar contra todo aquello que ponga en peligro el bien común y socave la dignidad de la persona humana: la corrupción, la mala gestión y la trata de seres humanos en todas sus formas. Por otra parte, no se debe disminuir el esfuerzo para garantizar la seguridad de la vida y de los bienes de sus conciudadanos", haciendo referencia al terrorismo -sobre todo de matriz yihadista e islamista- que amenaza a los Estados de la región.