Evangelizar no es hacer proselitismo, ni hablar mucho, ni un paseo, ni una función: es vivir con el otro, de tal forma que se asombre y pregunte y entonces se pueda ya hablar de Jesucristo.
Así lo ha explicado el Papa Francisco en la homilia del viernes de la misa matinal en la residencia Santa Marta, que ha retomado este jueves.
El Santo Padre comentó la primera lectura, de san Pablo a los Corintios, para preguntarse qué significa dar testimonio.
Lamentablemente, avisó Francisco, hay cristianos que viven el servicio como una función.
Laicos y sacerdotes que presumen de lo que hacen. Así, Francisco ha recordado que “evangelizar no es hacer proselitismo”. Es decir, “ni hacer el paseo, ni reducir el Evangelio a una función ni hacer proselitismo: esto no es evangelizar”.
De este modo ha observado que Pablo dice que evangelizar es para él una necesidad “que se le impone”. Y ha añadido que un cristiano tiene la obligación, pero con esta fuerza, como una necesidad de llevar el nombre de Jesús, pero desde el propio corazón.
El Papa ha proseguido que anunciar el Evangelio no puede ser un presumir sino “una obligación”. Y el estilo debe ser “hacerse todo a todos”. El estilo es “ir y compartir la vida de los otros, acompañar; acompañar en el camino de la fe, hacer crecer en el camino de la fe”.
En esta línea, recoge la agencia Zenit, el Pontífice ha asegurado que debemos ponernos en la condición del otro: “Si él está enfermo, acercarme, no agobiarlo con argumentos”, “ser cercano, asistirlo, ayudarlo”. Se evangeliza “con esta actitud de misericordia: hacerse todo a todos. Es el testimonio que lleva la Palabra”, ha precisado.
El Papa ha hecho referencia a una pregunta que le hizo un joven en la JMJ de Cracovia, “qué decir a un amigo ateo”. A lo que Francisco respondió: “la última cosa que tienes que hacer es decir algo. Comienza por hacer y él verá lo que haces y te preguntará”.
Asimismo, el Pontífice ha explicado que evangelizar es dar este testimonio: yo vivo así porque creo en Jesucristo. Y esto, reconoce el Papa, despierta curiosidad en la gente.
Por otro lado ha querido recordar que evangelizar es algo que se hace gratuitamente, “porque nosotros hemos recibido gratuitamente el Evangelio”, “la gracia, la salvación, no se compra y tampoco se vende: es gratis. Y gratis debemos darla”.
El Santo Padre ha querido mencionar a San Pedro Claver, famoso misionero catalán en Cartagena de Indias, Colombia, en el siglo XVII, que la Iglesia recuerda en la misa del día. Un misionero que “se fue a anunciar el evangelio”. Quizá, ha añadido, “él pensaba que su futuro era predicar: en su futuro el Señor le pidió estar cerca, junto a los descartados de aquel tiempo, a los esclavos, los negros, que llegaban allí, desde África, para ser vendidos”.
En esta línea, ha observado que “este hombre no dio un paseo, diciendo que evangelizada”, “no ha reducido la evangelización a un funcionalismo y tampoco a un proselitismo”.
Sin embargo “anunció a Jesucristo con los gestos, hablando a los esclavos, viviendo con ellos, viviendo como ellos”. Y como él en la Iglesia “hay muchos”.
Finalmente ha querido recordar que todos nosotros “tenemos la obligación de evangelizar”, viviendo la fe, hablando con mansedumbre, amor, sin querer convencer a nadie, pero gratuitamente. “Es dar gratis lo que Dios me ha dado gratis”, eso es evangelizar.