El Papa Francisco ha animado durante la homilía de este jueves en la misa matinal de la Casa Santa Marta a que los cristianos recuerden y celebren las cosas buenas que Dios hace en la vida cotidiana y el itinerario personal de cada uno.
Francisco comparó la fe con un camino que se transita y mediante el cual se recuerda lo que ha sucedido, y más en concreto lo que Dios ha hecho.
El Papa propone no sólo recordar las cosas bellas que Dios ha realizado en nuestro camino sino también los obstáculos y dificultades que hemos encontrado porque, en esos casos, “Dios camina con nosotros y no se asusta de nuestras maldades”.
Y citando la primera lectura, señala que Pablo entra en la sinagoga de Antioquía e inicia a anunciar el Evangelio, partiendo del pueblo elegido, pasando por Abraham y Moisés, Egipto y la Tierra Prometida, hasta llegar a Jesús. Es una predicación histórica la que adoptan los discípulos y es fundamental, porque permite recordar momentos importantes que son signos de la presencia de Dios en la vida del hombre.
Por ello el Santo Padre invitó a volver hacia atrás con el corazón y la mente “para ver como Dios nos ha salvado”. Y así como en el Jueves y Viernes Santos, en la Cena, Jesús al darnos su cuerpo y sangre nos dice: “hagan esto en memoria de mí”, debemos “hacer memoria de cómo Dios nos ha salvado”.
La Iglesia, explica Francisco, llama “memorial” al sacramento de la eucaristía, y en la biblia el Deuteronomio se llama “el Libro de la memoria de Israel”. Y también nosotros debemos recordar que “cada uno de nosotros ha hecho un camino, acompañado por Dios, cerca de Dios” o “alejándonos del Señor”.
“Hacer memoria con frecuencia, de las cosas bellas, para hacer nacer un ‘gracias’ de corazón a Jesús, que no deja nunca de caminar en nuestra historia.
“Cuántas veces –señala Francisco– le hemos cerrado la puerta en la cara, cuántas veces hemos hecho como si no lo veíamos, cuántas veces no hemos creído que Él estaba con nosotros; cuántas veces hemos renegado a su salvación… Pero él estaba allí”.
“Y les doy un consejo simple: hagan memoria. ¿Cómo ha sido mi vida, cómo ha sido hoy mi día o este último año? Memoria. ¿Cómo fueron mis relaciones con el Señor? Memoria de las cosas grandes y bellas que el Señor ha hecho en la vida de cada uno de nosotros”.