Cuatro años después de su promulgación, el “Foro Historia en Libertad” quiere hacer un llamamiento público para conseguir la derogación de la llamada “Ley de Memoria Histórica” (Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura).
Sin responder a una verdadera necesidad en su origen, estimamos que el efecto de dicha medida ha sido ahondar las diferencias entre los españoles, resucitar odios ya caducados y reabrir unas heridas que estaban cicatrizadas hace mucho tiempo. Todo ello porque su espíritu está presidido por un afán de revancha que falsifica el proceso histórico en sintonía con necesidades políticas que nada tienen que ver con la Historia.
Como no pueden elevarse a “verdad histórica” —a través del BOE— cuestiones que están sujetas a la opinión de los profesionales de la materia, el Foro Historia en Libertad rechaza por principio que cualquier parlamento u organización ajena a las instancias históricas o intelectuales se atribuya competencias sobre la materia. Tampoco podemos compartir las presiones que se han dirigido hacia instituciones de esta naturaleza como la Real Academia de la Historia.
A diferencia de otras posiciones que no compartimos, no es nuestra intención prescribir el olvido como actitud de los españoles ante el pasado. Bien al contrario, pretendemos que se recuerde la Historia, eso sí, con dos puntualizaciones necesarias: que ésta se asuma íntegramente, y no desde una perspectiva de parte; y que el pasado no forme parte del debate político sino que permanezca en los términos que corresponden a su naturaleza.
El anterior Gobierno y sus socios parlamentarios crearon la ficción de que el sistema político vigente enlaza con la presunta legalidad de la II República, soslayando el verdadero origen de la presente situación. Y en algún aspecto se lograron reproducir determinados caracteres sectarios y totalitarios de dicho régimen republicano que han amenazado con renovar alguno de los más desgraciados episodios de nuestra historia contemporánea.
Zanjada dicha pretensión en las urnas el pasado 20 de noviembre, estimamos que no habrá regeneración posible ni España logrará salir de la profunda crisis en que se encuentra (y que va mucho más allá de lo económico) si —entre otras medidas— no se procede a la puesta en marcha de los cauces parlamentarios que permitan la inmediata derogación de la mal llamada Ley de Memoria Histórica.
Foro Historia en Libertad
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