Con muchas sonrisas y gestos de cordialidad, el Papa Francisco y la nueva primer ministro italiana, Giorgia Meloni, que ganó las elecciones en septiembre, se han reunido durante 35 minutos este martes por la mañana en el Vaticano, como queriendo refutar a los que consideran que están distantes por desacuerdos políticos. Es su primer encuentro oficial en el que pueden conversar.
Según detalla Jesús Colina, corresponsal en el Vaticano de El Debate, la política presentó a su compañero, el periodista Andrea Giambruno, de 41 años, quien trabaja para un canal de televisión de Silvio Berlusconi, con quien tiene una hija, Ginevra, nacida en 2016. Los medios vaticanos no mencionan a Giambruno.
Tras ese encuentro, la nueva mandataria italiana, que se declara católica y creyente, se reunió en la Secretaría de Estado con el cardenal Parolin y Paul Richard Gallagher, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados. Según se ha difundido, hablaron de pobreza, familia, demografía y natalidad, educación de los jóvenes, migraciones y la situación de Europa con la guerra de Ucrania.
Con un séquito italiano
Fue recibida por una guardia de honor de la Guardia Suiza y un responsable de la Casa Pontificia, el padre Leonardo Sapienza. Allí estaba también el embajador de Italia ante la Santa Sede, Francesco Di Nitto. Hablaron durante media hora en privado en el Salón de la Biblioteca.
Luego entraron más políticos del equipo de Meloni. Carlo Deodato, secretario general del Palacio Chigi, en tono de broma pidió al Papa que rezara "por la máquina del Palacio Chigi". El Papa entregó un rosario a cada gobernante, mientras que a la niña le regaló unos libros infantiles sobre el nacimiento de Jesús.
Parece que el tema de la desastrosa natalidad en Italia (más o menos tan desastrosa como en España) fue un punto de encuentro entre Meloni y el pontífice: ambos se han referido al tema en público con frecuencia.
Ya se habían saludado brevemente el 5 de enero durante el funeral de Benedicto XVI, pero esta es la primera ocasión en que pueden hablar e intercambiar ideas sobre "el querido pueblo italiano", como detalla la nota vaticana.
Intercambio de regalos