Hace ya dos meses que al líder de los católicos de Bielorrusia, Tadeusz Kondrusiewicz, no se le permite la entrada al país. El presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, en el poder desde 1996 a base de elecciones amañadas, según los organismos internacionales, ha dicho al nuevo metropolita de la Iglesia Ortodoxa que el prelado católico "acudió a consultas sobre la manera de destruir nuestro país".
El dictador bielorruso, en una recepción hace pocos días con el nuevo metropolitano ortodoxo de Minsk Benjamin (de apellido civil Tupeko), comparó los problemas que le traen los católicos -numerosos en las manifestaciones y protestas- con la docilidad de la minoría musulmana “que nunca han creado problemas; en todas las elecciones, los musulmanes siempre han apoyado a las autoridades, prácticamente al cien por ciento, expresándose a mi favor como presidente… nosotros no haremos como Macron en Francia, porque no permitiremos que se ofenda el sentimiento de los creyentes”, según declaraciones que ha difundido la agencia misionera AsiaNews.
Un nuevo metropolita dócil al régimen: el anterior era dudoso
El nuevo metropolita ortodoxo, ex obispo de Borisov, apenas lleva dos meses en el cargo y el Patriarcado de Moscú le ha colocado en él pidiéndole tranquilidad y obediencia al régimen. De 54 años, natural del país, sustituye a su predecesor Pavel, de origen ruso, que molestó a Lukashenko.
El arzobispo Kondrusiewiz, líder de los católicos de Bielorrusia, lleva 2 meses expulsado del país; había ido a rezar a prisión por los manifestantes detenidos
El metropolita Pavel al principio felicitó a Lukashenko por su enésima victoria electoral, que todos los organismos internacionales consideraban una farsa. Luego se retractó y pareció apoyar las protestas en las calles. Luego cambió de opinión varias veces. Finalmente pareció simpatizar con el arzobispo católico, pidiendo moderación a los manifestantes pero también a las fuerzas del orden. A partir de ahí entró en juego Moscú, quien a través de la jerarquía bielorrusa emitió un comunicado prohibiendo a los fieles ortodoxos participar en cualquier manifestación pública.
Rápidamente llegó un nuevo y dócil metropolita. Ahora Lukashenko ha recibido oficialmente a Benjamin para explicarle que si la Iglesia ortodoxa bielorrusa sigue dócil y no se implica en las protestas, le irá bien.
El joven obispo Benjamin pasa a ser el nuevo metropolita ortodoxo de Bielorrusia, y el dictador Lukashenko espera que así la Iglesia ortodoxa le sea dócil
Lukashenko no lo especificó, pero todos saben que el arzobispo católico provocó su ira cuando el 19 de agosto fue a rezar a una prisión por los detenidos en las manifestaciones y cuando el 21 de agosto visitó al ministro de Interior para protestar por las detenciones y la violencia desmedida en la represión de las protestas.
Lukashenko se declara "ateo ortodoxo"
Las protestas y huelgas siguen en Bielorrusia, y Lukashenko quiere asegurarse que los ortodoxos no se unen. Ahora dice a todos que él se considera un "ateo ortodoxo" (que no cree en Dios pero valora la cultura del cristianismo ortodoxo). Este 2 de noviembre recibió al metropolita Benjamin oficialmente en el Palacio de la Independencia.
"Si una organización cualquiera de Bielorrusia, ya sea social o religiosa, intenta destruir al Estado, obviamente me veré obligado a reaccionar", advirtió el dictador a Benjamin, como si creyera que el arzobispo católico estaba en tal situación.
El dictador Lukashenko, que en 24 años en el poder no ha mostrado ningún interés en nada religioso, se declara ahora "ateo ortodoxo"
Después, Lukashenko prometió ayuda a las iglesias durante la pandemia... recordando su fragilidad y pobreza. "Las parroquias se han empobrecido mucho, porque poca gente va a la iglesia, aunque no las hayamos cerrado y no las cerraremos, porque ante cualquier desgracia hay que ir allí a rezar, para que el Señor nos ayude; ni siquiera durante la guerra cerramos las iglesias”, aseguró Lukashenko.
También declaró que aunque valora bien a todas las confesiones religiosas "la base de la paz religiosa en el país sigue siendo la Iglesia Ortodoxa, debido a sus gigantescas dimensiones en comparación con otras religiones". Ocho de cada diez bielorrusos se declaran ortodoxos.
Lukashenko pide al Papa que no envíe sacerdotes polacos
Lukashenko alaba que la Iglesia ortodoxa del país "no invita a ministros de culto de países extranjeros, incluso si faltan sacerdotes".
Y añade: "He señalado este problema en varias ocasiones al Papa de Roma, tanto al actual como a su predecesor. ¿Cómo podemos aceptar sacerdotes de Polonia cuando Polonia toma posición contra Bielorrusia? No es coherente”, insistió Lukashenko.
Él propone "poner más empeño en preparar sacerdotes católicos propios en Bielorrusia"... es decir, jóvenes que hayan crecido en el país durante sus 24 años de gobierno y control absoluto. Pero tampoco deja entrar en el país al arzobispo Kondrusiewicz, que nació en Bielorrusia (y estaría encantado de tener muchas vocaciones sacerdotales bielorrusas).
El presidente también insinuó la posibilidad de invitar al Papa Francisco para que visite Bielorrusia: "Se discute mucho sobre la posibilidad de invitar al Papa de Roma y quiero hacer saber lo que yo pienso: el Papa es el jefe de un Estado y de una Iglesia: por lo tanto, si el Papa quiere visitar nuestro país, la invitación debe venir del Jefe de Estado junto con la Iglesia Ortodoxa, que tiene muchos problemas con los católicos".
Y añadió: "El Papa no puede venir de incógnito, a su alrededor siempre se congrega una multitud proveniente de la mitad de Europa, cien o doscientas mil personas. No podemos hacer que él venga y no se invite a nuestro patriarca. Nunca seremos cismáticos”.
Casi toda la población declara ser cristiana
Según una encuesta oficial de 2017, casi todos los bielorrusos (91%), declaran ser cristianos.
Los cristianos ortodoxos son un 83% de la población, y los católicos son un 7%. Al menos uno de cada cuatro católicos son de etnia polaca.
Pese a décadas de dictadura comunista, la población que declara no tener religión es de apenas un 8%, y en las regiones fronterizas con Polonia y Ucrania, apenas un 3%.
Según datos de AsiaNews, los ortodoxos, con más de 1.700 comunidades, constituyen aproximadamente la mitad de las asociaciones religiosas del país. Los católicos cuentan con unas 700 parroquias.
El obispo Yuri Kasabutsky, al frente de los católicos de Minsk durante el exilio de Kondrusiewicz, en la oración de difuntos en el cementerio católico de la capital (foto del portal católico bielorruso Catholic.by)
Según la encuesta de 2017, en la región de Grodno (frontera con Polonia), los católicos son un tercio de la población, pero las cifras internas de la Iglesia dicen que son un 54% (quizá la región civil no coincide exactamente con la diócesis).
La Iglesia católica en Bielorrusia cuenta con 4 diócesis: Minsk (con unos 600.000 fieles, el 14% de la población), Pinsk (con apenas 40.000, un 1,4%), Vitebsk (con 170.000 católicos, un 12%) y Grodno, con 570.000 católicos, un 54% de la población (está en la frontera con Polonia y Lituania, dos países de amplia mayoría católica).