CARF, cuyo nombre completo es Centro Académico Romano Fundación, acaba de cumplir 30 años de historia. Y en estas tres décadas gracias al trabajo de esta institución miles de seminaristas, ahora ya sacerdotes y algunos incluso obispos, han podido recibir una formación académica y religiosa de calidad y fiel al Magisterio, gracias a las becas que cada año dan a jóvenes de todo el mundo.
Edgardo Calvente, director de Promoción de CARF, ha explicado a Religión en Libertad esta obra que sirve como nexo de unión entre miles de benefactores, “almas generosas”, y los seminaristas y sacerdotes que sin esta ayuda no podrían formarse adecuadamente para su misión. También nos habla de la peregrinación que la institución ha organizado para seguir las huellas de San Juan Pablo II en Polonia, donde se rezará por los sacerdotes para que sean fieles a la Iglesia y se fijen en el ejemplo de este gran santo polaco.
Formación y fidelidad al Magisterio
De este modo, Calvente explicó que los seminaristas y sacerdotes a los que ayudan pueden estudiar en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz o en las facultades eclesiásticas de la Universidad de Navarra. “800 obispos de todo el mundo piden plazas para enviar a sus candidatos para que sean formados, eligen esta por una sencilla razón: porque CARF está por medio y les ayuda económicamente para que tengan lo necesario para subsistir y formarse”, señala.
Precisamente, la formación es alma de esta fundación. “Que haya sacerdotes bien formados es fundamental para que ellos puedan trabajar con mayor comodidad y además les ayudará a ser fieles al Magisterio, algo muy importante, y a lo que ayuda esta formación”, indica Edgardo Calvente.
En muchas ocasiones otras instituciones católicas apuestan por el ámbito social mientras que ésta ha incidido más en la formación. “Hay un detalle que a veces a primera vista no llegamos a comprender”, afirma. “¿Dónde están muchos de los proyectos sociales? Están detrás de los sacerdotes en las parroquias de todo el mundo”, agrega el director de Promoción de CARF.
Por ello, Calvente insiste en que “un sacerdote en cualquier parroquia del mundo es un impulsor no sólo de temas espirituales, sino también de cuestiones sociales, culturales y humanas. Si ese sacerdote está bien formado es un polo de atracción para el desarrollo en todos los aspectos, y por eso impulsamos mucho el tema de la formación”.
Siguiendo las huellas de San Juan Pablo II en Polonia
Teniendo en cuenta la misión de CARF se entiende mejor, si cabe, la organización de una peregrinación a Polonia para visitar los lugares vinculados a San Juan Pablo II, ejemplo de sacerdote e impulsor de la formación del clero.
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Edgardo indica que cada año organizan peregrinaciones pero en esta ocasión la de Polonia es especial. “En primer lugar –añade- porque se cumplen 100 años del nacimiento de Juan Pablo II, un Papa carismático, muy querido y cercano a todo el mundo. Es una buena manera de honrarle ir a Polonia y visitar los lugares que fueron parte de su infancia y de su vida hasta que llegó a ser Papa”.
Pero hay otro motivo especial para CARF para organizar esta peregrinación a Polonia. San Juan Pablo II mantenía una muy buena relación siendo ya Papa con el beato Álvaro del Portillo, cuando era prelado del Opus Dei. Y fue precisamente el Pontífice polaco el que le sugirió que pusiera en marcha una universidad pontificia en Roma para formar a los sacerdotes, y que a la postre acabaría también provocando el nacimiento de esta fundación.
“Alentó a que lo hiciera porque para él era muy importante la formación de los sacerdotes. Para nosotros, para CARF, San Juan Pablo II es muy cercano por esta historia”, añade. 30 años después de su fundación estudian 1.400 alumnos, casi 1.000 son sacerdotes y seminaristas de todo el mundo. Hasta 70 pequeñas órdenes religiosas de todo el mundo que mandan sus religiosos a la universidad pontificia nacida tras esta sugerencia del Papa polaco.
Una ocasión para rezar por los sacerdotes
Por tanto, Edgardo Calvente recalca que esta peregrinación será un “viaje religioso, cuidado, dirigido a personas algo más mayores, a los que les gusta las cosas pausadas, tiempo para rezar y disfrutar de los lugares que se visitan, y además está previsto el acompañamiento de un sacerdote”.
Además de Cracovia, los peregrinos verán Varsovia, Czestochowa, Wadowice, el campo de Auschwitz así como el santuario de la Divina Misericordia, entre otros
Además, este viaje es una ocasión perfecta para “los que creemos en el poder de la oración” –afirma Edgardo- para pedir a San Juan Pablo II por las vocaciones, por los sacerdotes y por la fidelidad al Magisterio.
“A veces hablamos de la falta de vocaciones, y a lo mejor no es tanto falta de vocaciones como no apoyar aquellas vocaciones que surgen para que puedan prosperar. Una buena vocación que surge en cualquier punto del mundo si no la apoyamos, no la impulsamos y no la formamos adecuadamente puede perderse”, cuenta convencido el representante de CARF.
Por todo ello, la peregrinación a Polonia es una oportunidad para “cumplir con una gran misión” pues es a Juan Pablo II a quien “podemos rezarle por las vocaciones y por los sacerdotes”.
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