El arzobispo de Poznan, monseñor Stanislaw Gadecki, actuando como presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia confió este jueves 7 de octubre, festividad de Nuestra Señora del Rosario, a la nación polaca a la protección de San José, de quien se celebra en este 2021 su Año Santo.

Este acto de encomienda de la nación y la Iglesia de Polonia al esposo de María y patrono de la Iglesia universal se celebró en el Santuario Nacional de San José en Kalisz, en el centro del país. Allí, en una ceremonia transmitida en directo, se produjo esta petición a San José ante un venerado icono de la Sagrada Familia y tras la celebración de una bella Eucaristía.

Por su parte, el Papa envió un mensaje a la Iglesia de Polonia ante este acto de protección de San José: “agradeciendo al clero y a los fieles de Polonia por la noble iniciativa de confiar la nación y la Iglesia a San José, deseo que todos los que realizarán este acto crezcan continuamente en santidad y gracia, y de todo corazón imparto la Bendición Apostólica”.

"Nos reunimos hoy en el santuario nacional en Kalisz para un acto de encomienda de la patria y la Iglesia en Polonia a San José", dijo el arzobispo de Poznan en su homilía, recordando que “ha llegado el momento de que comprendamos mejor su papel, y por tanto, también de encomendarle los matrimonios y las familias, encomendarle la cuestión de la vida, del buen hacer humano, encomendarle a él toda la Patria y la Iglesia”.

Tal y como recuerda Catholic News Agency, Kalisz ha servido como centro de devoción a San José desde el siglo XVII. La tradición sostiene que un habitante de un pueblo cercano fue curado por intercesión del santo y encargó una imagen de la Sagrada Familia como ofrenda en 1670.

Cada mes, miles de intenciones de Polonia y de todo el mundo se envían al santuario, que es un centro de oración para los no nacidos y las familias. La imagen de la Sagrada Familia se considera un icono milagroso.

Además, la historia moderna del santuario está entrelazada con la Segunda Guerra Mundial. El 22 de abril de 1945, los sacerdotes y monjes polacos detenidos en Dachau se consagraron a San José, temiendo que los guardias planearan asesinarlos mientras los aliados avanzaban hacia el campo de concentración. Prometieron que si se salvaban, harían una peregrinación anual al santuario de San José en Kalisz.

Capilla del Martirio y la Gratitud en Kalisz

Los guardias se estaban preparando para ejecutarlos, pero dos horas antes de la ejecución planificada en el campo, una vez descrito como "el cementerio de sacerdotes más grande del mundo", llegó una pequeña unidad de patrulla del ejército de los EEUU y salvó a los prisioneros.

Después de la guerra, el clero que sobrevivió a Dachau cumplió su voto, haciendo una peregrinación a Kalisz cada año el 29 de abril. En 1970, fundaron una Capilla del Martirio y la Gratitud en la cripta del santuario de San José.