El rey Carlos III de Inglaterra será coronado este sábado 6 de mayo en Westminster, antigua abadía benedictina, con óleo traído de Tierra Santa. La ceremonia, además, contará con la presencia del Secretario de Estado vaticano Pietro Parolin.
El primero en hablar en la ceremonia será un corista, que dirá: "Majestad, como hijos del Reino de Dios le damos la bienvenida en nombre del Rey de Reyes", y el rey Carlos responderá: "En su nombre, y según su ejemplo, no vengo a ser servido, sino a servir".
"Próximo en la fe"
La ceremonia que seguirá es profundamente cristiana. En estas coronaciones hay cuatro elementos principales: la unción del monarca (con aceite de Tierra Santa), la coronación, la entrega de la espada de la justicia y la recepción de la comunión.
En la coronación tendrán protagonismo representantes de otras religiones, concretamente en la entrega de regalos. Todo el espectro de confesiones cristianas estará presente, y algunas tendrán un papel activo. El Vaticano estará representado por el Secretario de Estado Pietro Parolin.
Al final de la ceremonia, antes de abandonar la Abadía de Westminster, el rey será saludado por los líderes religiosos de otras confesiones, que se dirigirán a él como "próximo en la fe" y recibirán a su vez un gesto de reconocimiento por su parte.
Hasta el siglo XVI, la coronación era católica. Durante los últimos cuatrocientos años ha sido un servicio de la Iglesia de Inglaterra. El Papa Francisco regaló recientemente al rey Carlos una reliquia de la Cruz de Cristo. La reliquia fue incrustada en una cruz de plata, que será llevada a la cabeza de la primera procesión el día de la coronación.
La ceremonia en sí contiene muchos detalles de sus orígenes católicos: el canto del Kyrie, el Veni Sancte Spiritus, el Te Deum y el Gloria, con un arreglo escrito en el siglo XVI por William Byrd para los católicos recusantes.
Un cisma visible
Pero, la separación con la Iglesia Católica estará también muy presente. Un elemento central es el juramento prestado por el rey antes de la unción y la coronación. Lo hace respondiendo a las siguientes preguntas:
-¿Harás todo lo que esté en tu poder para mantener al Reino Unido en la religión protestante reformada, tal y como establece la ley?
-¿Mantendrás y preservarás inviolable la institución de la Iglesia de Inglaterra, y la doctrina, culto, disciplina y gobierno de la misma, según lo establecido por la ley en Inglaterra?
A continuación, el rey presta el llamado Accession Declaration Oath. Carlos III declaró recientemente que presta este juramento como miembro totalmente comprometido y devoto de la Iglesia de Inglaterra.
Una de las innovaciones más importantes de esta coronación es que el rey reza públicamente, para que todos puedan oírle. Esta oración tiene lugar inmediatamente después del juramento.
El rey reza: "Concédeme ser una bendición para todos tus hijos, de todos los credos y convicciones, para que juntos descubramos los caminos de la bondad y seamos guiados por los senderos de la paz, por Jesucristo nuestro Señor. Amén".
En el corazón de la ceremonia está la oración, desde la oración silenciosa del rey ante el altar mayor en la apertura hasta la oración pública que recitará, pasando por la unción con el crisma, las bendiciones y la celebración de la Santa Comunión.
Excluido el Estado de la Ciudad del Vaticano, sólo hay otro país en el mundo en el que la toma de posesión del Jefe de Estado tenga lugar en una ceremonia religiosa.