Sus historias dieron la vuelta al mundo e hicieron a muchos releerse el clásico distópico "1984": la Policía detenía a una mujer católica, y en otra ocasión a un cura, por pensar en la calle. Más en concreto, por orar mentalmente cerca de una clínica abortista. Pero al perseverar en los tribunales ambos han ganado este 16 de febrero, con la ayuda del grupo de abogados ADF UK (Alliance Defending Freedom).
Una mujer laica y un sacerdote católico, llevados a juicio por supuestamente violar una ley que prohíbe la oración en las inmediaciones de las clínicas de aborto, fueron absueltos de todos los cargos por el Tribunal de Magistrados de Birmingham.
Al padre Sean Gough, sacerdote de la diócesis de Birmingham, y a Isabel Vaughan-Spruce, codirectora de March for Life UK y veterana activista provida católica, las autoridades municipales les llevaron a juicio acusados de violar la orden local de "Protección de Espacios Públicos”. Esta normativa municipal prohíbe "protestar, es decir, participar en un acto de aprobación/desaprobación o intento de acto de aprobación/desaprobación, con respecto a cuestiones relacionadas con los servicios de aborto, por cualquier medio".
La norma especifica que "cualquier medio" "incluye, pero no se limita, a medios gráficos, verbales o escritos, oración o consejería". Así, la norma municipal prohíbe orar con respecto al aborto.
Al llevar a juicio a los acusados, se achacó a Isabel Vaughan-Spruce el "protestar y participar en un acto que intimida a los usuarios del servicio"... pero ella acudió al centro abortista cuando estaba cerrado y se mantuvo en silencio, sin ningún tipo de protesta.
A juicio por orar en silencio en la calle
La activista provida está contenta de ganar el caso y denuncia que se la arrestó por sus pensamientos y se la trató como delincuente "por orar en silencio en la vía pública". "Seamos firmes contra esto, busquemos garantizar que estas libertades fundamentales estén protegidas", dijo, refiriéndose a las libertades de expresión, de pensamiento, de reunión y religiosa.
El caso de Isabel en Birmingham salió incluso en las televisiones, con un diálogo de película de terror:
- ¿Está usted en una protesta? -pregunta el periodista.
- No.
- ¿Está rezando?
- Podría estar rezando en mi cabeza...
- ¿Vendrá voluntariamente a comisaria? Hay alegaciones de que hoy y otros días usted rompe el espacio público..
- Si tengo opción, de acuerdo.
- Está usted arrestada como sospechosa, para cumplir con la ley de protección de espacios públicos...
El otro caso es el del padre Sean Gough, que vestido de sacerdote acudió a una "zona restringida" (zona en las calles alrededor de un abortorio) con un cartel en el que se leía: "Orando por la libertad de expresión". Además, llevaba una pegatina con un lema provida en su coche, estacionado cerca.
El padre Sean Gough, juzgado por orar en silencio aparcar un coche con pegatina provida cerca de una clínica abortista.
Eso bastó para que la Policía de Birmingham actuara y lo llevara a los tribunales. Pero el padre Gough ha ganado el juicio y asegura: "las vidas no nacidas sí importan".
Además, añade, "se piense lo que se piense sobre el aborto, todos podemos estar de acuerdo en que un país democrático no puede dedicarse a llevar a los tribunales a gente por delitos de pensamiento", afirmó.
Inglaterra debatirá una ley de censura en las calles
En semanas próximas la Cámara de los Comunes del Parlamento Británico tiene que debatir cómo aplica las diversas zonas de censura contra los provida implantadas por algunos ayuntamientos y regiones activistas. Un proyecto de ley de "orden público" quiere castigar con hasta 2 años de prisión a cualquier forma de "influencia" fuera de las instalaciones de aborto... incluyendo la oración.
El abogado de Alliance Defending Freedom, Jeremiah Igunnubole recordó que “la libertad de pensamiento, oración, ofertas de ayuda y conversación pacífica no son ilegales en el Reino Unido”.
Isabel Vaughan-Spruce pidió que el Parlamento inglés rechace "la creación de más zonas de censura a través de una legislación de orden público redactada de forma vaga".
Y el padre Gough pidió al Gobierno que reconozca "el trabajo positivo que realizan los grupos provida para apoyar a mujeres vulnerables" y que no permita "que las buenas personas sean criminalizadas por actos de amor".
"Nunca pensé ser considerado criminal por rezar"
El padre Gough también ha colaborado con ADF explicando su caso a todo el mundo, que deja en muy mal lugar las libertades en Inglaterra.
"La libertad de expresión en incluso de pensamiento están bajo presión como nunca antes. Nunca pensé que pudiera ser considerado criminal por rezar en silencio, cerca de una instalación de abortos. Mi oración era por la libertad de expresión, lo dejé claro. Por rezar en silencio me acusaron de violar una ley local de zona de censura", detalla.
"Me preguntaron los agentes en comisaría por el contenido de mi oración [mental] y después acusado criminalmente. Me acusaron también por tener una pegatina en el coche que se lee: 'las vidas no nacidas importan' y tenerlo aparcado en la zona de censura. Llevo la pegatina desde antes de existir esa zona".
Los abogados de ADF avisan de que la acusación amenazó con retomar cargos en cualquier caso. "Es un ejemplo de que el proceso mismo [judicial] es el castigo, creando un efecto de congelación del pensamiento y la expresión en el Reino Unido".
"El aborto es un tema que me resulta especialmente importante porque mi madre tomó una decisión valiente a favor de la vida cuando yo era un bebé. Fui concebido en un contexto de grave violencia. Y ella encontró la gracia de luchar", añade el sacerdote.