La tarde de este sábado 7 de diciembre, la catedral de Notre Dame de Paris reabría sus puertas en una ceremonia fastuosa que acaparaba la atención de buena parte del mundo tras cinco años clausurada con motivo de su rehabilitación tras el incendio que devastó el tejado y cubierta y dañó los rosetones, una torre, las naves transversales y derribó la aguja decimonónica.
El evento congregó a buena parte de los líderes políticos mundiales, destacando a Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos, Jill Biden, la primera dama saliente, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente italiano Sergio Mattarella; los reyes belgas Felipe y Matilde, el canciller alemán, Olaf Scholz, el Príncipe William del Reino Unido o el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. También participó en la ceremonia Elon Musk, el magnate sudafricano dueño de Tesla, Space X, y la red social X.
Vídeo completo de la ceremonia, retransmitido por la cadena KTO:
Laurent Ulrich, arzobispo de París, representó a la Iglesia en el evento y presidió la ceremonia religiosa de inauguración que tuvo lugar en la catedral desde las 19:00 horas, con el repique de campanas del templo gótico. No faltó sin embargo la presencia simbólica de Francisco a través de un mensaje enviado a tal efecto y leído posteriormente ante la multitud por el Nuncio Apostólico en Francia, Celestino Migliore.
Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos, junto al presidente francés, Emmanuel Macron.
Acto seguido, Ulrich procesionó junto con otros obispos franceses y autoridades religiosas como el cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York o el cardenal libanés Bechara Rai, Patriarca del Líbano, en un itinerario que culminó ante las puertas de la catedral, donde el arzobispo de París hizo tres invocaciones seguidas de un sonoro golpe con el báculo episcopal a la entrada de la catedral.
Notre Dame: "Modelo de fe, madre y testigo de esperanza"
"Notre Dame, modelo de la fe, abre tus puertas para unir en la fe a los hijos de Dios dispersos. Notre Dame, madre muy amante, abre tus puertas para ayudarnos buscar el amor, la verdad, la justicia y la paz. Notre Dame, testigo de la esperanza, abre tus puertas para que brille la esperanza y que resplandezca sobre nosotros la victoria de la resurrección", rezó el arzobispo.
Tras esta última, Ulrich abrió la puerta y recibió al presidente de Francia, Emmanuel Macron, acompañado de su esposa, Brigitte.
Laurent Ulrich, arzobispo de París, en los instantes previos a la apertura de Notre Dame de París.
La ceremonia prosiguió con la transmisión de un vídeo que narró brevemente el incendio de hace cinco años y las obras de restauración, a lo que siguió una ovación de varios minutos en agradecimiento a los 160 bomberos presentes en el templo, en cuya fachada apareció proyectada, en mayúsculas, la palabra merci (gracias).
Macron: "Notre Dame transmite la trascendencia que nos ayuda a vivir"
Las palabras de Macron, garante de la laicidad consagrada en el país galo, se limitaron a recordar el papel de Notre Dame en algunos hitos históricos de la república francesa, así como el coraje de los bomberos que lucharon por mantener a raya las llamas en Notre Dame.
Tan solo se dio una sutil referencia religiosa en las palabras de Macron cuando remarcó que la catedral "transmite la trascendencia que nos ayuda a vivir en este mundo, transmitir y esperar. Las campanas han sonado, los fieles pronto vendrán rezar, el mundo encontrará la catedral reconstruido y nosotros tendremos que guardar como un tesoro esta lección de fragilidad y humildad".
“¡Que Viva Notre Dame de París, viva la República, viva Francia!”, concluyó.
Francisco: "Signo profético de renovación de la Iglesia"
Por su parte, el Papa Francisco, que acababa de presidir el décimo consistorio de su pontificado en el Vaticano, hizo acto de presencia simbólica a través de un mensaje que leyó el Nuncio Apostólico en Francia, Mons. Celestino Migliore.
El texto del pontífice comenzaba recordando el "terrible incendio" que dañó gravemente el edificio hace cinco años.
"Nos dolía el corazón ante el riesgo de ver desaparecer una obra maestra de la fe y de la arquitectura cristianas, un testimonio milenario de vuestra historia nacional. Hoy, la tristeza y el luto han dado paso a la alegría, la celebración y la alabanza. Saludo a todos aquellos, especialmente a los bomberos, que trabajaron con tanto valor para salvar este monumento histórico", remarcó.
En la ceremonia se entregó un ejemplar del Magnificat a cada uno de los asistentes.
Francisco también celebró la efusión mostrada por los cientos de voluntarios e involucrados con la restauración de Notre Dame, lo que a su juicio es "señal de que el valor simbólico y sagrado de un edificio así sigue siendo ampliamente percibido".
Además, mostró su deseo de que el renacimiento de Notre Dame sea también "un signo profético de la renovación de la Iglesia en Francia. Invito a todos los bautizados que entrarán con alegría en esta catedral a sentir un legítimo orgullo y a reivindicar su patrimonio de fe. Queridos fieles de París y de Francia, esta morada, que habita nuestro Padre celestial, es vuestra; ustedes son sus piedras vivas".
Para concluir, el Santo Padre imploró "sobre la Iglesia de Francia, y sobre todo el pueblo francés, la protección de Notre Dame de París", impartiendo a los presentes su bendición.
Tras unas últimas oraciones, el arzobispo dio por finalizado el evento, que proseguirá este domingo con la consagración del altar y la celebración de la primera misa en la solemnidad de la Inmaculada Concepción.