Gordon Haupt, nacido en julio de 1992, era – allá por los años 2016-2018– la gran promesa del deporte de kickboxing, como acredita su nombre de combate: "The German Barbarian"; pero su mayor triunfo fue encontrar a Jesucristo y convertirse al catolicismo. Nos lo narra en primera persona en una entrevista.
-¿Cuándo comenzó a pensar en Dios?
-Pensar en Dios, creer en Dios es algo que siempre ha formado parte de mi vida. Sin embargo, nunca había sido capaz de definir esta creencia en Dios. De niño me bautizaron en la iglesia protestante; pero no tenía vida religiosa. Para la confirmación, nos dieron una Biblia, que siempre ocupó un lugar especial en mi estantería, aunque nunca llegué a leerla. Dios me atraía ya entonces. Aunque seguía resistiéndome, sabía que algún día me rendiría a él.
-Usted fue profesional del kickboxing. ¿Tiene esta profesión algo que ver con su conversión? ¿También tiene esta algo que ver con que abandonara el kickboxing?
-Comencé a practicar las artes marciales a los 16 años, más bien por casualidad. Pronto se convirtió en una nueva pasión. También se vio que tenía gran talento para el kickboxing. En aquella época empecé a leer la Biblia, de forma bastante intensa; en dos semanas, si no mal recuerdo, leí desde el Génesis hasta el segundo libro de Samuel. Pero luego la volví a guardar por bastante tiempo. Después de seis meses de entrenamiento comencé con mis primeros combates; había madurado la decisión de convertirme en profesional. Con el nombre del "bárbaro alemán" combatí profesionalmente en Holanda, Corea del Sur, Rusia, Estados Unidos y muchos otros países europeos.
Gordon Haupt, a la izquierda del ring, en la foto.
»Cuando conocí a mi actual esposa, me hizo una pregunta sorprendente: "¿Crees en Dios?". Me quedé perplejo, aunque intenté que no se notara. ¿Qué quería decir con esa pregunta? ¿La asustaría con mi respuesta? Yo creía en Dios, pero no tenía ni idea de Él. Finalmente respondí: "¡Sí, creo en Dios! ¿Y tú?". A ella le gustó esta respuesta y de ahí surgió una interesante conversación. Cuando nos veíamos, sentía una especie de necesidad interior de hablarle del Evangelio.
»A partir de entonces, empecé a investigar en Internet y a aprender todo lo que podía sobre la fe cristiana. A pesar de que obtuve información bastante contradictoria, me convertí y creí en nuestro Salvador, el Señor Jesucristo. En aquel momento no pertenecía a ninguna iglesia. En el Evangelio de Mateo leemos las palabras del Señor: "El que quiera salvar su vida, la perderá; el que la pierda por mi causa, la encontrará". Para seguir consecuentemente al Señor Jesucristo, era necesario renunciar a mi vida, dominada por el kickboxing. Así que, sin más preámbulos, puse fin a mi carrera.
-Su camino le llevó primero a una iglesia evangélica libre. ¿Qué fue lo decisivo para hacerse católico?
-Al cabo de un tiempo decidí que era necesario pertenecer a una comunidad. Nuestro camino nos llevó a una iglesia libre. Allí nos acogieron muy bien y surgieron amistades; me sentía muy a gusto. Allí se despertó mi interés por la teología; leí decenas de libros de teólogos protestantes. En Internet, seguí algunos debates entre teólogos protestantes y católicos, en los que los católicos siempre salían bien parados, aunque sus posturas no me convencieran en aquel momento.
»A través de Facebook, también participé en debates con católicos, e intentamos convencernos mutuamente de nuestras posiciones. Había dos temas que me hacían dudar: que el Señor llame a su carne el pan de vida, y que construyera sobre Pedro su Iglesia. Sobre estos temas encontré respuestas plausibles en el mundo católico. Mi estantería, llena de teología protestante, se amplió para incluir algunas obras de teólogos católicos. Cuando indagué en la doctrina católica sobre la Sagrada Eucaristía, por fin encontré lo que buscaba, aunque todavía no lo entendiera del todo. Creía en la Eucaristía. Pero aún no quería hacerme católico. Intenté mezclar ambas cosas, asistiendo al mismo tiempo a la iglesia libre y a la Iglesia católica.
»Entonces decidí comprobar lo que creían los primeros cristianos. Así encontré a Ignacio de Antioquía, discípulo del apóstol San Juan. Comprobé que los primeros cristianos creían que la Eucaristía era realmente la carne y la sangre de Cristo. También tenían un presbiterio; es decir, un sacerdocio ordenado, obispos, un altar de sacrificios. Los primeros cristianos eran católicos hasta la médula. Ya era hora de que también nosotros nos hiciéramos católicos.
'A través de Facebook, también participé en debates con católicos, e intentamos convencernos mutuamente de nuestras posiciones'.
-¿Quién es Jesucristo para usted?
-Es Señor mío y Dios mío, como confesó el apóstol Tomás cuando vio al Salvador resucitado y tocó sus estigmas. El Señor Jesucristo es el camino para salir de las tinieblas, porque Él es la luz del mundo. Él es el Rey de reyes y Señor de señores. Le debo todo al Señor. Los caminos que me ha hecho recorrer habrían sido imposibles sin Él.
-¿Qué recomendaría a alguien que busca la verdad y no sabe dónde encontrarla?
-De hecho, mis pensamientos giran constantemente en torno a este tema. Fue una gran gracia que el Señor me mostrara este camino. Cualquiera que busque el verdadero cristianismo debería leer la Biblia y consultar la historia de la Iglesia primitiva para ver en qué creían los sucesores directos de los apóstoles y cómo practicaban esa creencia. Intento compartir mis experiencias con la gente a través de un canal en YouTube (KathPlosiv) y también he empezado a escribir un libro.
»Todo católico debería estar siempre dispuesto a dar testimonio y a hablar a la gente de la belleza de la fe católica. Especialmente en estos tiempos tormentosos, en que el Camino Sinodal está en proceso de destruir la Iglesia. Las verdades de la fe de la Iglesia Católica están siendo socavadas y la Iglesia en Alemania está en peligro de caer en el cisma. Pero dentro de la Iglesia Católica viva hay muchos grandes sacerdotes y comunidades que pueden guiar a todo buscador de la verdad hacia la meta. La búsqueda termina cuando se descubre el sagrario, la comunión, el encuentro absoluto con Dios.
-Ahora que menciona el Camino sinodal alemán: ¿qué opina de los temas que allí se tratan?
-En mi opinión, los temas del Camino Sinodal son importantes temporalmente, pero no permanentemente. El comportamiento del Camino Sinodal es mera vanidad de vanidades y correr tras el viento, como dice la Escritura. Ahora que el Camino Sinodal parece tener como objetivo llevar a la Iglesia en Alemania al cisma, hay que darse cuenta de que son ciegos guías de ciegos, que conducen a los fieles desprevenidos al abismo. Vicente de Lerins dijo: "en la Iglesia Católica misma, se debe tener cuidado resuelto de mantener lo que se ha creído en todas partes, lo que se ha creído por todos, siempre y en todas partes. Ese es el principio del consenso de la fe; porque eso es católico en el verdadero y propio sentido". Así debe seguir siendo en Alemania.
Puedes escuchar aquí el testimonio del luchador alemán.
»Muchas personas, especialmente las de mi edad (tengo 31 años), se están posicionando en contra de todas las innovaciones que intentan socavar la verdad católica. A estas personas, como suele ocurrir, no se las escucha en la corriente dominante y rara vez se las apoya en público, por lo que a primera vista parece que el movimiento sinodal herético está ocupando más espacio. Pero la verdad católica permanecerá a largo plazo.