Un informe encargado en diciembre pasado por el ministro británico de Asuntos Exteriores, Jeremy Hunt, afirma que "extensión geográfica de la persecución anticristiana, sino también de su creciente dureza". Y añade que "en algunas regiones, puede decirse que el nivel y la naturaleza de la persecución se está acercando a la definición internacional de genocidio adoptada por Naciones Unidas".
El responsable del informe, que se dio a conocer este jueves, es el obispo anglicano de Truro, Philip Mounstephen, y los datos recopilados se refieren sobre todo a la situación en Oriente Medio, el África subsahariana y el este y sureste asiáticos, con una mención especial a Filipinas.
"La incómoda verdad es que la abrumadora mayoría de los creyentes perseguidos (en torno al 80%) son cristianos", asegura el informe.
Hunt quiere situar este problema en un lugar prioritario en la agenda del Foreign Office británico, y The Guardian recoge unas declaraciones muy significativas de por qué no lo ha sido hasta ahora: "Creo que hemos rechazao hablar de persecución a los cristianos porque somos un país cristiano y tenemos un pasado colonial, así que el tema nos pone nerviosos, pero tenemos que reconocer -y es lo que el informe del obispo señala crudamente- que los cristianos son el grupo religioso más perseguido".
"Lo que hemos olvidado en esta atmósfera de corrección política", continuó el responsable de la política exterior de Theresa May, "es que realmente que los cristianos que están siendo perseguidos son algunos de los pueblos más pobres del planeta".
Y Hunt recordó un dato sangrante: en Oriente Medio los cristianos han pasado de ser el 20% de la población a ser el 5%. "Nos hemos dormido en la vigilancia cuando se trata de la persecución de los cristianos. No solo estoy pensando en el informe del obispo de Truro, sino obviamente también en lo que pasó en Sri Lanka el Domingo de Resurrección, que nos ha despertado a todos con un enorme shock".
El informe cifra en 245 millones el número de cristianos que sufren persecución por su fe, e incluye países como Argelia, Egipto, Irán, Irak, Siria y Arabia Saudita, donde la situación de los cristianos y de otras minorías "ha alcanzado un nivel alarmante... desde la discriminación constante en la educación o en el acceso al mercado de trabajo, hasta los ataques genocidas contra las comunidades cristianas" y el "secuestro y asesinato de sacerdotes". El resultado es un "éxodo significativo de los fieles cristianos de esta región a partir de principios de este siglo".
Especialmente dramático es el caso de Tierra Santa, donde "el conflicto árabe-israelita ha hecho que la mayoría de los palestinos cristianos dejen su patria, de modo que los cristianos en Palestina han pasado de ser el 15% a ser el 2%".
El informe también denuncia la situación en China o Corea del Norte, y en Turquía, recordando que el presidente Recep Tayyip Erdogan describe a los cristianos como "una amenaza para la estabilidad de la nación".