Ya se encuentran en Ucrania y Hungría los dos cardenales que el Papa Francisco aseguró que serían enviados "para servir a la gente, para ayudar" en los momentos más complicados de la invasión rusa. Se trata del cardenal polaco y limosnero apostólico Konrad Krajewski y el jesuita Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Integral.
Ambos cardenales, que acompañan el envío de la ayuda humanitaria por parte de las autoridades gubernamentales para paliar las consecuencias de la invasión rusa, representan no solo "la presencia del Papa" en el conflicto, sino "de todo el pueblo cristiano", según afirmó Francisco el pasado 6 de marzo.
Tras su llegada, Vatican News publicó una imagen del cardenal Krajewski durante su visita a numerosas familias de refugiados en un gimnasio de Dorohusk, un pueblo fronterizo polaco a un kilómetro de la frontera con Ucrania.
El cardenal Krajewski entre los catres donde descansan las familias de refugiados en la estación de Przemysl (Vatican News).
El cardenal Krajewski aseguró que "el Papa está rezando y viviendo mucho la situación de la guerra" y mostró su disposición para cumplir su cometido de paz: "Hoy hay que pensar con el Evangelio y no con el mundo. Desde Lublin, iré a Ucrania, y llegaré todo lo lejos que pueda".
El cardenal Czerny, por su parte, llegará a lo largo de este 8 de marzo a la capital de Hungría para acompañar y visitar a refugiados ucranianos y en los próximos días continuará su viaje a Ucrania.
La presencia de los cardenales en el conflicto supone, junto con otras iniciativas desarrolladas, el cumplimiento de la promesa que el Papa realizó el pasado domingo 6 de marzo al afirmar que la Santa Sede "está dispuesta a todo por ayudar" en el conflicto. Especialmente, dijo Francisco, en lo relativo a la apertura de corredores humanitarios que garanticen la puesta a salvo de la población civil, lo que supone un "socorro vital" para todos aquellos que están "oprimidos por las bombas y el miedo".