El resultado final oficial del referéndum irlandés ha confirmado los datos avanzados por una encuesta a pie de urna: el triunfo indiscutible del "sÃ" al aborto por 66,4% contra 33,4%.
Los vencedores, que apoyaban la supresión de la 8ª enmienda constitucional que garantizaba el derecho a la vida, han extraÃdo enseguida sus conclusiones: "La ficción de Irlanda como un paÃs conservador y dogmáticamente católico ha saltado por los aires, el pasado ha quedado atrás", sostenÃa la periodista feminista Una Mullally.
Quienes se oponÃan a la derogación en nombre del derecho a la vida del no nacido consideran lo sucedido como "una tragedia de proporciones históricas". Asà lo afirma el comunicado de Save the 8th [Salvad la 8ª] tras conocerse la clara opción de los irlandeses, con una participación del 64,13%, por la cultura de la muerte.
"La octava enmienda no creaba un derecho a la vida del no nacido", afirman, "se limitaba a reconocer que ese derecho existe, siempre ha existido y siempre existirá... El mal no se convierte en bien solamente porque lo apoye una mayorÃa".
El golpe es durÃsimo porque era previsible una victoria abortista (que ha contado con todos los recursos del Gobierno, de los organismos internacionales, de los lobbys abortistas), pero no se esperaban cifras tan rotundas.
Pero la batalla continúa: "El niño no nacido ya no tiene su derecho a la vida reconocido por el estado irlandés. En breve, una legislación que permita matar niños se introducirá en nuestro paÃs. Nos opondremos a esa legislación... Cada vez que se acabe con la vida de un niño o niña no nacido en Irlanda, nos opondremos y nos haremos escuchar".
"El aborto estaba mal ayer. Sigue estando mal hoy. La constitución ha cambiado, pero la realidad no", concluyen.