"¿Cómo no pensar, a principios de la Semana Santa, en Jesús mismo que se ofrece en lugar nuestro para afrontar la muerte y las consecuencias del pecado?": es la reflexión que se ha hecho el obispo de Carcasona, Alain Planet, al alabar el sacrificio de Arnaud Beltrame en el supermercado de Trèbes, cerca de Carcasona, donde halló la muerte al ofrecerse al terrorista islámico a cambio de una rehén.
También el padre Jean-Baptiste, quien acompañó a Beltrame en su camino de fe en los últimos años evocó los Evangelios para explicar su gesto: "Él sabía que, como nos dijo Jesús, 'no hay mayor amor que el de quien da la vida por sus amigos' (Jn 15, 13)".
Monseñor Planet mostró asimismo su "reconocimiento y admiración por el trabajo de las fuerzas del orden, con este admirable testimonio de un alto oficial de la Gendarmería que se ofreció como rehén".
Por su parte, el obispo castrense, Antoine de Romanet, ha reconocido de forma muy efusiva la acción de Beltrame: "Fue un gesto excepcional, ofrecerse para sustituir a los rehenes. Uno no puede sino recordar otras situaciones de este tipo, en particular durante la Segunda Guerra Mundial. Evoca un heroísmo absoluto, un sentido del servicio que es el timbre mismo de la Gendarmería".
"La Gendarmería", añadió monseñor Romanet, "siempre está presente junto a nuestros compatriotas. Interviene en el corazón de las dificultades sociales y familiares a todas horas del día y de la noche, siete días a la semana, 24 horas sobre 24, con un sentido del deber absolutamente excepcional. Los gendarmes son militares. Están dispuestos al sacrificio supremo al servicio de su país y de sus hermanos".
"En vísperas de la Semana Santa", añadió, "creo que todo nuestro país llevará en su corazón y en su oración al teniente coronel Arnaud Beltrame, a su esposa y a toda la familia de la Gendarmeería, que no deja de entregarse de forma excepcional al servicio de sus hermanos. El teniente coronel Arnaud Beltrame es un héroe particularmente ejemplar".