Las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) interesan a la Iglesia por sus beneficios espirituales: muchos jóvenes sienten avivada su fe en ella, otros sienten llamados vocacionales y muchos encuentran el misterio de la Iglesia en su universalidad, más allá de la comunidad de su parroquia o de su pueblo.
Para el país acogedor, una JMJ implica un esfuerzo en inversiones e infraestructuras, pero los economistas tienen herramientas para medir los beneficios económicos que aportan la llegada de cientos de miles de jóvenes.
Según un análisis difundido por la organización el 5 de julio, con cálculos (estimaciones) de la consultora PwC y el Instituto Superior de Economía y Gestión (ISEG) portugués, el impacto neto (beneficio) para la economía portuguesa a raíz de la JMJ de Lisboa, del 1 al 6 de agosto, será de entre 411 y 564 millones de euros.
Si lo que se mide es el valor total de bienes y servicios producidos en actividades económicas ligadas a la JMJ, se hablaría de entre 811 y 1.100 millones de euros.
Un ejemplo del cálculo de PwC sobre ingresos por la JMJ de Lisboa 2023.
Los economistas aseguran que estas estimaciones las hacen "a la baja", calculando un gasto medio bajo y una asistencia baja. Los jóvenes quizá no gasten mucho dinero en consumo personal en Portugal, pero sí gastan en transporte, algunos detalles, algunas provisiones, regalos. Los adultos gastan más, y más los que llegan de países ricos como EEUU. Así, peregrinos, voluntarios o periodistas pueden gastar entre 30 y 163 euros diarios. Y el valor añadido total de los gastos de los visitantes se situa entre 235 y 397 millones de euros.
A eso hay que sumar lo que gasta la Iglesia portuguesa (fundaciones y diócesis) y lo que gasta el Gobierno portugués y la ciudad de Lisboa (que son empleos, servicios e inversión), lo que en total lleva a estimar un impacto total de 411 a 564 millones.
Peregrinos y voluntarios llenan de alegría los caminos a la JMJ de Lisboa 2023.
Por último, hay que tener en cuenta los efectos en países vecinos. Por ejemplo, muchas peregrinaciones desde EEUU y otros países de América ya no encuentran autobuses en Portugal y los alquilan en España (lo que causa subidas de precios por toda España y complicaciones a campamentos scouts, colonias, retiros juveniles o de adultos...).
Los peregrinos de América, ya que cruzan el Atlántico, quieren visitar algo más que Portugal, y añaden excursiones a Santiago, Sevilla, Madrid... Todo eso queda por contabilizar.
El caso de España hace 12 años
La misma consultora, PwC, hizo un cálculo unos pocos meses después de la JMJ de Madrid de 2011, estableciendo los beneficios económicos para el país. España hizo un buen negocio según sus datos porque:
- medio millón de extranjeros visitaron España, llegados de 189 países, permaneciendo entre 5 y 10 días;
- 130.000 de ellos prolongaron su estancia 4 días más tras la JMJ;
- casi 5.000 periodistas se acreditaron y cubrieron los actos;
- se crearon 4.589 puestos de trabajo en todo el país, de los que 2.894 fueron en Madrid.
La JMJ de Madrid costó 50 millones de euros, más que rentabilizados: PWC calcula un impacto total (incluyendo "efecto indirecto e inducido") de 354 millones de euros para España (no sólo de peregrinos extranjeros, también de los españoles activados por la JMJ), beneficiando sobre todo a la Comunidad de Madrid (207 millones de euros) y a los sectores de la hostelería, el comercio minorista y el transporte terrestre. (La Iglesia española lo detalló en 2013 en su Memoria Explicativa de 2011).
Según una encuesta realizada a 2.800 peregrinos por la consultora GAD3, nueve de cada de diez extranjeros afirmaron que recomendarían visitar España y un 60 por ciento asegura que la imagen que tenía de nuestro país ha mejorado tras la JMJ. En la era de los smartphones y las redes sociales, miles de jóvenes colgaron en Internet sus vídeos y fotos de la JMJ, para contagiar su alegría a sus amigos en sus países: un efecto viral más potente que muchos medios de comunicación de masas.
Además:
-un 65% visitó otras ciudades, además de Madrid,
-un 69% compró recuerdos en las ciudades visitadas,
-valoraron la "amabilidad y hospitalidad" de los españoles con un 9 sobre 10,
-valoraron los restaurantes con un 8,1 y a los voluntarios con un 8,2,
-valoraron el Metro de Madrid con un 8,7 y a sus autobuses con un 8.
Y, lo que más importa a la Iglesia:
- un 81% de jóvenes declaraba que mejoró su relación personal con Dios
- un 79% declaraba que volvió con más ganas de mejorar la sociedad
- un 76% declaraba que volvía a casa con deseo de comprometerse más con la Iglesia.