El neurólogo Ludo Vanopdenbosch dimitió en septiembre de 2017 de su cargo en Bélgica como miembro de la Comisión Federal para Control y Evaluación de la Eutanasia. Lo hizo por razones que expresó en una carta dirigida a diversos políticos con representación parlamentaria y que dio a conocer el pasado viernes la agencia Associated Press. En sustancia: “No quiero formar parte de un comité que viola deliberadamente la ley”.
El doctor Vanopdenbosch, que pese a todo se muestra en la misiva “firme partidario” de la eutanasia, explica en ella que la Comisión no quiso remitir a las autoridades el caso de un médico que, a petición de la familia, había aplicado la eutanasia sin consentimiento a un paciente con demencia que no había manifestado esa voluntad antes de su enfermedad.
“Eso no es eutanasia porque el paciente no lo pidió, así que supone quitar una vida deliberadamente. No conozco otra palabra que ‘asesinato’ para describir esto”, afirmó la doctora An Haeken, directora de Psiquiatría en el Hospital Psiquiátrico Alexianen de Tienen (Bélgica), según recoge CBC News.
Un reportaje sobre la realidad de la eutanasia allí donde está legalizada.
Vanopdenbosch afirma además que cuando expresó su preocupación ante otros casos potencialmente problemáticos, fue “silenciado” inmediatamente. En su opinión, muchos miembros de la Comisión son destacados practicantes de eutanasias (entre ellos, su presidente, Wim Distelmans), y se encubren unos a otros ante cualquier investigación para actuar con “impunidad”. Incluso entre muchos partidarios de la eutanasia existe la sensación de que la ley que la permite desde 2002 está “fuera de control”.
Los dirigentes de la Comisión alegaron para justificar su decisión que el caso no debía catalogarse como eutanasia, sino como sedación terminal. Pero Vanopdenbosch es precisamente especialista en cuidados paliativos y tuvo claro que en este caso “se quiso deliberadamente matar al paciente mediante unos medios desproporcionados para aliviar su dolor”.
Un estudio de la Universidad de Cambridge sobre la aplicación de la ley belga, publicado en la época de la dimisión de Vanopdenbosch, ya alertaba de que, en su aplicación práctica, había desaparecido la necesidad de cualquier justificación.
Los familiares de los eutanasiados: en ocasiones son quienes promueven la eutanasia, pero en otros casos, como los recogidos en este documental, son también víctimas porque les arrebatan a sus seres queridos.
Por eso más de 360 médicos, académicos y otras personalidades han firmado una petición, dirigía al Gobierno, para implementar controles más estrechos para la eutanasia, en particular en el caso de los pacientes psiquiáticos, que son, junto con los niños, el nuevo objeto del deseo de los lobbys de presión de la eutanasia.
En los 15 años de aplicación de la ley, han muerto por eutanasia más de 10.000 personas y la comisión solo ha remitido un caso de mala práctica a las autoridades.