A diferencia del mensaje navideño del Rey de España, Felipe VI, en el que no hizo ni una sola mención al nacimiento de Jesús ni al sentido cristiano de la Navidad, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, se ha manifestado de manera completamente opuesta al del jefe del Estado en España.
Este sentido, Orbán volvió a defender la herencia y la cultura cristiana en Europa y defendió una profesión pública de esta fe en un continente descristianizado y víctima de lo políticamente correcto.
“El cristianismo es una cultura y una civilización. Vivimos en ella. No se trata de cuánta gente va a la iglesia o reza con devoción. La cultura es la realidad de la vida cotidiana. La cultura cristiana define nuestra moral, nuestra ética, diaria”, aseguró.
En un artículo publicado en la prensa, el dirigente húngaro habló del movimiento laicista que elimina cualquier símbolo o celebración cristiana con el fin de no ofender a otros. Sobre esto, se manifestó precisamente el Papa Francisco en la Audiencia de este miércoles.
Por ello, Orbán aseguró que “vayamos o no vayamos a la iglesia con asiduidad, no queremos vernos obligados a celebrar el sacramento escondidos para no ofender la sensibilidad de otros”.
Por ello, dijo que luchará contra el fundamentalismo y el terrorismo islámico que está sembrando el terror en Europa y que poco a poco va logrando cambiar las tradiciones. “No queremos que nuestros mercados navideños sean rebautizados, no queremos que nuestras misas sean de miedo y angustia, y definitivamente no queremos que nuestras mujeres e hijas sean violadas en Nochevieja”, explicó.