Cada año con el inicio del curso político se celebra la misa de los parlamentarios en París, a la que acuden los diputados de la Asamblea Nacional y a los miembros del Senado que lo desean. Se hace así cada año desde que el entonces cardenal Lustiger creara en 1992 el Servicio Pastoral de Estudios Políticos con el objetivo de acompañar a los líderes políticos que quisieran ayuda espiritual.

Desde entonces diputados y senadores acuden cada año a esta misa que en esta ocasión fue presidida por el arzobispo de París, el cardenal Vingt Trois, en la basílica de Santa Clotilde, muy cercana a la Asamblea Nacional.

Esta Eucaristía se convierte en un buen momento para que el arzobispo hable a los políticos de temas de actualidad y de cuestión política desde una perspectiva católica.

Según La Croix, este año la afluencia de parlamentarios ha sido menor que en otras ocasiones aunque había representantes de distintos grupos políticos.


En su homilía, el cardenal francés pidió a los diputados y senadores que no se avergonzaran del Evangelio y que no escondieran sus referencias como creyentes.


La Eucaristía se celebró cerca de la Asamblea Nacional, la cámara de diputados francesa

Vingt-Trois dijo a los parlamentarios que “en los próximos meses la revisión de las leyes de bioética debería ser la ocasión para un debate genuino sobre las diversas concepciones del ser humano implicadas en él, en particular las cuestiones relativas a la procreación asistida médicamente y sus consecuencias previsibles”. Precisamente, este es un tema de gran discusión en estos momentos en Francia.


Por ello, el arzobispo parisino recordó que “dependerá de los funcionarios electos” que este debate “escape a caricaturas” y se centre en los problemas que entraña. En su opinión, es “particularmente significativo” que en esta cuestión los derechos de los niños sean los que menos cuenten y de los que menos se hable. “No podemos fortalecer una sociedad verdaderamente democrática colocando deseos personales por encima de cualquier reflexión ética”.

Del mismo modo, alertó de la “bulimia” de los medios, es decir, la sobreabundancia de información ya sea en las redes sociales o en los propios medios convencionales. La inmediatez, el sentimentalismo pueden sustituir al debate mismo y al fondo de las cuestiones importantes. “¿No hay riesgo  de juzgar una acción pública en términos de comunicación, como si las intenciones y objetivos reales fueran secundarios? ¿Cómo podemos evitar alimentar estos combates virtuales y resaltar los desafíos reales de la acción política?”, se preguntó.


El purpurado les pidió “resistir” y les recordó que “no es la comunicación lo que determina la acción, sino la acción la que debe alimentar la comunicación”.

Esta pastoral política de la Archidiócesis no se queda sólo en esta misa sino que el capellán designado por el cardenal celebra todos los miércoles dos misas, una cerca de la Asamblea Nacional y otra del Senado, para los parlamentarios. Además, se ofrece ayuda espiritual personalizada y se organizan debates y noches de reflexión sobre temas éticos relacionados con la actualidad política.