El Gobierno irlandés ha hecho públicos los resultados de una investigación que empezó en 2015 estudiando la historia de los hogares para madres solas con bebés en el país, de 1922 a 1964, los primeros 40 años de historia de la República de Irlanda como país muy pobre y recién independizado de Gran Bretaña.
El informe, a cargo de la 'Mother and Baby Homes Commission of Investigation', suma 3.000 páginas, organizado en varias secciones, y puede leerse aquí en inglés.
Recoge una lista de 30 centros de acogida para madres solas con bebés. Aproximadamente una cuarta parte eran gestionados por funcionarios estatales, el resto por congregaciones religiosas, la mayoría católicas, algunas protestantes.
Según se constata, unos y otros, estatales o religiosos, fueron un desastre para las madres y, sobre todo, para los bebés.
Neumonía y bronquitis, niños mal atendidos
Estaban mal gestionados, mal financiados, mal atendidos. Los edificios a menudo eran muy inadecuados. La mayoría de estos centros separaban rápido a los bebés de las madres. Murieron allí unos 9.000 bebés en ese periodo de 40 años.
Mientras en los hogares de la Irlanda independiente moría en 1945-1946 un 8% de los bebés, en estos centros moría casi un 15% de bebés.
El informe da ejemplos como el del Hogar del Condado de Stranorlar, gestionado por el Estado, por el que pasaron 1.646 madres solas y 1.777 niños. Había saturación, falta de sanitarios, escasez de agua, brotes de tifoideas... Murieron 339 niños, el 60% por neumonía y bronquitis.
"La dieta estaba dominada por pan y té, pero el Ministerio de Gobierno Local determinó que era demasiado generosa y se informó al hogar que debían darse tres comidas al día, no cuatro", señala el informe sobre el caso de Stranorlar.
A mediados de los años 50 se fue reduciendo mucho la cantidad de mujeres que acudían a esos centros y en 1966 ya sólo había 53 niños en total en estos centros, la mayoría con discapacidades importantes.
Lo especial de Irlanda esos años
El informe comenta que mientras en los años 20 en Westfalia, Alemania, un tercio de los niños nacidos fuera del matrimonio conseguían que su padre reconociese su paternidad y pagase algo para su mantenimiento, en Irlanda casi ningún padre admitía tener un hijo ilegítimo ni le sostenía. Irlanda era especial, dice el informe, en su rechazo radical y abandono familiar y masculino a las madres solas y el absoluto desinterés de los varones.
Si en muchos países era tradicional presionar a los padres para que se casaran con la madre de sus hijos, en Irlanda no se hacía casi nunca y de hecho era un país con bajísima tasa de matrimonio. Además, explica el informe "no hay evidencia de que el tema de las madres solas se tratara nunca en una reunión de ministros: durante 50 años se consideró un tema para autoridades locales". Hasta 1973 no se estableció una ayuda económica directa para madres solas.
Además, hasta finales de los años 50 Irlanda no estableció un sistema de adopciones; de hecho, en Europa, sólo Holanda tardó más. Los autores del informe creen que en ambos países la división entre católicos y protestantes fue una de las causas: el miedo a que los niños fueran a parar a familias de la otra religión -perdiendo la original- fomentaba la creación y uso de centros comunes tipo hospicio en clave religiosa, en vez de un sistema de adopciones.
Aprender de errores del pasado: dignidad de cada persona
El obispo de Meath, Tom Deenihan, comentando el informe en una nota de la Conferencia Episcopal Irlandesa, afirma: "Al mirar al pasado, a los fallos de las instituciones religiosas que existían en nuestro país en esa época, debemos mirar con ojo crítico también a las de hoy, para asegurarnos de que no repetimos los errores del pasado. Las historias personales que recoge el informe hablan con fuerza y oscuridad a nuestro mundo actual. No repitamos los errores, fallos y pecados del pasado que se han señalado y, sobre todo, recordemos todos el valor y la dignidad de cada persona".