Este domingo se celebró la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas. El gran vencedor de esta ronda fue el exministro socialista de Economía, Emmanuel Macron, que tras desligarse de su partido se presentó en solitario y logró ser el más votado. La otra gran triunfadora fue Marine Le Pen, que le disputará la presidencia en la segunda vuelta tras haber estado meses liderando las encuestas.

Mucho se ha hablado de la dirigente del Frente Nacional francés mientras que Macron ha pasado bastante más desapercibido y es menos conocido que su rival política. Más allá de sus programas políticos y su ideología ambos han tenido una formación católica aunque ninguno de los dos es practicante ni seguidor de la doctrina católica.

¿Cómo ha influido el catolicismo en la vida de Macron? El líder de “En Marcha”, de 37 años, está casado con la que era su profesora de francés, 20 años mayor que él.


En una entrevista en Life, Macron cuenta que decidió recibir el bautismo cuando tenía 12 años. “Fue una elección personal, ya que mi familia es de tradición más laica”, aseguraba.

En esta decisión de bautizarse tuvo mucho que ver su formación en el colegio de La Providence, llevado por jesuitas. Sin embargo, pese a bautizarse como adolescente ha ido dejando la práctica del catolicismo.

“A día de hoy tengo una reflexión permanente sobre la naturaleza de mi propia fe. Mi relación con la espiritualidad sigue alimentando mis pensamientos pero no lo hace como un elemento de reivindicación”, ha comentado recientemente.


No es un candidato enemigo de la religión católica aunque defiende en aspectos sociales y morales posturas opuestas a la Iglesia, lo que no le ha impedido hacer diferentes guiños a los católicos durante la campaña.

Ha sido criticado por desafiar al tradicional laicismo francés al proponer “la enseñanza sobre el hecho religioso en las escuelas” y en campaña visitó centros de Cáritas asegurando, en clara referencia al catolicismo de Fillon, que “ser católico es defender los derechos de los pobres, no luchar para quitarles los derechos a hombre y mujeres”.


Es precisamente en este punto donde Macron más contraviene las enseñanzas católicas. Firme opositor a la Manif pour Tous, el gran movimiento profamilia francés que nació en oposición a la aprobación del matrimonio homosexual, dijo en una entrevista que “cuando miro la sociedad francesa, veo que no hay un único modelo de familia”. Veo parejas casadas y parejas de hecho. Veo padres unidos o separados. Veo familias monoparentales, familias mixtas, familias del mismo sexo. ¿Qué es común en todas ellas? Están unidos por lazos de amor. No soy nadie para relativizar lo que es la fuente de su vida en común”.