El caso es que en el inmenso bosque que domina esta parte de Irlanda aparecía imponente una misteriosa y gigante cruz céltica. Está formada por los propios árboles de este bosque pero precisamente los que conforman la cruz tienen un color ligeramente más claro.
Y es que el tamaño de este misterioso símbolo es verdaderamente imponente. Se estima que al menos tiene cien metros de largo y otros 70 de ancho.
Hasta ahora nadie había hecho mención a esta cruz por lo que no se conocía su existencia hasta que los pasajeros de este vuelo quedaron atónitos ante esta escena.
Una vez conocido este descubrimiento, el canal de televisión irlandés ITV realizó una investigación que finalmente ha dado respuesta a este misterio.
En realidad, la gran cruz celta se debe al ingeniero forestal, Liam Emmery, un vecino de la zona que realizó esta composición hace años mediante la plantación de árboles de diversas clases con la intención de crear una cruz.
Nadie fuera de su familia sabía que lo había hecho. Liam murió hace seis años tras una larga enfermedad y su esposa Norma ha confesado que ya ni recordaba que su marido había creado esta gran cruz misteriosa.