"En Planning sabemos que los hombres también pueden estar embarazados": con este lema, un cartel que parece representar a dos hombres, uno de ellos una mujer biológica embarazada, la asociación Planning Familial [Planificación Familiar] ha suscitado una notable polémica en Francia.
En buena medida, buscada por el propio dibujante, quien lo difundió en redes sociales acompañado de un comentario de clara intencionalidad política e ideológica: "Planning Familial es: objetos para conocer mejor tu cuerpo, anticonceptivos, aborto, salud sexual... sin juzgar y sin discriminaciones. En un mundo cada vez más conservador, Planning Familial es vital para todes".
Lo que es vital para Planning Familial son los millones de euros del presupuesto público que lleva recibidos para unas finalidades exclusivamente ideológicas: "Defendemos el derecho a la educación sexual, a la anticoncepción y al aborto y luchamos contra la violencia y la discriminación ligadas al género y a la orientación sexual", declara la asociación para definirse. A una subvención estatal en torno a los 300.000 euros anuales (en 2018 recibió 100.000 más solo para una campaña especial de promoción del aborto) se suman las subvenciones departamentales y municipales.
Críticas y respaldos
"Planning Familial ya no es más que una simple asociación militante de la ideología de género. ¡Sin embargo, sigue subvencionada por nuestros impuestos y recibe el visto bueno del Ministerio de Educación para influir sobre los más pequeños!", se lamentaba la diputada Hélène Laporte, vicepresidenta de Rassemblement National en la Asamblea Nacional. Su compañera Laure Lavalette, en la misma línea, criticó ese dinero público destinado a "militantes archi-subvencionados que solo buscan difundir su ideología grotesca y mendaz".
En estas críticas, el partido de Marine Le Pen ha coincidido con representantes del movimiento feminista, bestia negra del lobby LGBTI por defender de forma específica la naturaleza, el espacio y los derechos de las mujeres según su biología.
La filósofa Valérie Kokosza considera el cartel una muestra de "ideología transactivista" que "borra a la mujer biológica". En el mismo sentido, la militante feminista Marguerite Stern lamenta que Planning Familial se convierta en "una oficina de activismo trans que reparte hormonas como bombones a adolescentes confundidos presentándoles la transición como el remedio a todos sus males".
También desde el ámbito lingüístico se ha criticado la manipulación de las palabras propias de la ideología de género a las que recurría el autor del cartel, Laurier The Fox, al hablar de todes (en francés, toustes, contracción de tous/toutes), en una imagen que parte ya de conceptos manipulados: "El cartel de Planning Familial sobre los 'hombre embarazados' utiliza el lenguaje para promover una ideología de deconstrucción de la identidad", lamentaba la lingüista Yana Grinshpun, profesora en la Sorbona, en declaraciones a Le Figaro.
A estas críticas ha respondido el Gobierno de Élisabeth Borne por medio de la ministra de Igualdad, Isabelle Rome, en cuya opinión "Planning Familial es una asociación histórica esencial para los derechos de las mujeres y el acceso a la anticoncepción y al aborto": "Apoyo plenamente esa actuación", dijo.
Mal gusto y adoctrinamiento de menores
Entre otras intervenciones gráficas recientes de Planning Familial que suscitaron polémica figuran un cartel sobre la menstruación consistente en una piscina multicultural de sangre.
U otro fomentando el poliamor en las escuelas: "Saber que tengo derecho a jugar en el patio de recreo está bien. Saber que tengo derecho a tener varios novios/novias, también".
El post con el que lo presentó Planning Familial no dejaba lugar a dudas: "En el amor, hay muchas posibilidades. Niño o adulto, uno puede cambiar a menudo de amantes, o tener varios amantes al mismo tiempo. La pareja, una relación de dos personas, es un modelo. Pero no es el único".