Así lo proclamó este Domingo de la Divina Misericordia (el primer domingo después de Pascua) antes del rezo del Regina Caeli, la oración mariana que sustituye al Ángelus durante el tiempo de Pascua.
"En este día que es como el corazón del Año Santo de la Misericordia, mi pensamiento se dirige a todos los pueblos que tienen tanta sed de reconciliación y de paz. Pienso, de manera particular, en el drama de quien padece las consecuencias de la violencia en Ucrania: en aquellos que permanecen en las tierras trastornadas por las hostilidades que han causado ya varios miles de muertos, y en aquellos – más de un millón – que han sido empujados a abandonarlas por la grave situación que continúa. Las víctimas implicadas son sobre todo ancianos y niños. Además de acompañarlos con mi constante pensamiento y con mi oración, he decidido promover una acción de apoyo humanitario a su favor. Con tal fin tendrá lugar una colecta especial en todas las iglesias católicas de Europa el próximo domingo 24 de abril. Invito a los fieles a unirse con una generosa contribución a esta iniciativa del Papa. Este gesto de caridad, además de aliviar los sufrimientos materiales, quiere expresar a Ucrania mi personal cercanía y solidaridad y la de la entera Iglesia. Deseo vivamente que esto pueda ayudar a promover sin posteriores retrasos la paz y el respeto al derecho en aquella tierra tan probada”.
No hay muchos precedentes recientes, si es que hay alguno, de que un Papa convoque a una colecta especial en todas las parroquias de un continente para apoyar a un país concreto, y con menos de un mes de antelación.
La forma en que se anunciará la colecta a los fieles, en que se juntará el dinero o se hará llegar a las comunidades necesitadas en Ucrania no está establecida, y probablemente se deje al libre arbitrio de cada diócesis.
La violencia en el este de Ucrania, en la región del Donbass, parece haberse estabilizado. Aunque aún se producen algunos tiroteos entre militares ucranianos y los rebeldes prorrusos, hace meses que no mueren civiles por efecto de los combates, aunque las condiciones de vida en muchas zonas del país son muy duras.
La mayoría de la población en el país es ortodoxa, pero hay además un millón de católicos de rito latino y unos 4 millones y medio de católicos de rito bizantino, que conforman la mayor de todas las iglesias católicas de rito oriental. En total, los católicos son algo más del 10 por ciento de la población.
Desplazados en Ucrania: son unas 800.000 personas
Radio Vaticano difundió algunos datos sobre la situación en el país: “800.000 personas que se encuentran desplazadas” en territorios bajo control del Gobierno ucraniano, así como 2.700.000 personas en zonas bajo control de los separatistas prorrusos. Se calcula que medio millón de personas tienen “una urgente necesidad de recibir alimentos", pero las principales carencias son sanitarias, con alto riesgo de la difusión del sida y la tuberculosis.
El Arzobispo Mayor de los católicos bizantinos de Ucrania, Sviatoslav Shevchuk, se pronunció en febrero de forma crítica con el acuerdo firmado en Cuba entre el Papa Francisco y el Patriarca ortodoxo de Moscú, Kirill, especialmente porque parecía apoyar el lenguaje del bando prorruso en la guerra, y no usar el lenguaje del bando pro-Kiev, que denuncia la violencia como una agresión rusa contra Ucrania.
"El punto 26 es el más polémico," decía el Arzobispo Mayor ucraniano. "Uno tiene la impresión de que el Patriarcado de Moscú rehúsa reconocer que es parte del conflicto, rehúsa reconocer que apoya abiertamente la agresión de Rusia contra Ucrania y que bendice las acciones militares de Rusia en Siria como una ‘guerra santa’", denunció. "La misma expresión ‘conflicto’ aquí es oscura y parece sugerir al lector que hay una ‘guerra civil’, en lugar de una agresión por parte de un Estado vecino". A esto añade: "La Iglesia [grecocatólica] y las organizaciones religiosas en Ucrania nunca han apoyado la guerra y trabajan constantemente por la paz y la armonía social", agrega. "Indudablemente este texto ha suscitado profunda decepción entre muchos de los fieles de nuestra Iglesia y entre los ciudadanos conscientes de Ucrania."
Por estos antecedentes, muchos señalan que el Papa parece querer hacer un gesto especial de cercanía a los ucranianos, especialmente a los que más sufren la guerra, con esta colecta convocada con pocas semanas de antelación.