Entre el 31 de julio y el 6 de agosto, se ha celebrado en Medjugorje el Festival de la Juventud, con una asistencia cercana a los 80 mil jóvenes venidos de todo el mundo. A lo largo de esta semana, los asistentes han participado en un amplio programa que contenía catequesis, testimonios, celebraciones litúrgicas, oraciones, adoración del Santísimo, así como actividades musicales y una obra de teatro.
El Cardenal Arzobispo de Viena, monseñor Schönborn se hizo presente en el encuentro gracias a un mensaje que envió a los asistentes a los que les invitó, a semejanza de san Ignacio de Loyola, festividad que daba inicio al encuentro, a “colocarse totalmente a disposición de Dios, para la difusión de su Reino”, y con esa actitud decirle al Señor: “¡Aquí estoy! ¡Quiero recorrer el camino de mi vida en comunión contigo, junto a ti!”.
Los festivales de la juventud de Medjugorje nacieron de la idea de un peregrino inglés a finales del Año Mariano de 1988. En la primera ocasión, los franciscanos de Herzegovina impartieron conferencias y organizaron momentos de oración en una gran carpa y en los bosques que hay cerca de la iglesia en Medjugorje. Con el tiempo, el poder de convocatoria se ha ido extendiendo y cada año asisten más jóvenes. Muchos de ellos, después de la experiencia de Medjugorje, han decidido seguir más de cerca a Cristo, bien por la elección del sacerdocio o la vida religiosa, o bien por el aumento de su vida sacramental, de forma especial la confesión. Cómo explican desde la organización “a los jóvenes les encantan los desafíos, y la llamada de Cristo es así, es una llamada a ser un discípulo radical”.