En la Rusia de los “valores tradicionales” y de las leyes “contra la propaganda homosexual entre menores”, en los medios y en las redes sociales en los últimos días, se encendió el debate sobre la poligamia, después que un alto funcionario checheno se casó con una menor de edad, que se convirtió en su segunda esposa.
El Kremlin se ha distanciado de esta polémica, mientras que la Iglesia ortodoxa casi justificó el caso, difundida en Chechenia y en el Cáucaso ruso, donde la mayoría es musulmana.
Magomed Daudov -jefe de la administración del líder de Grozny, Ramzan Kadyrov- lanzó un pedido para la legalización de la poligamia.
“Si un hombre puede mantener también a otra mujer, ¿por qué no hacerlo? Es práctica difundida y no sería malo regularizarla de algún modo”, declaró Daudov en el sito de información Gazeta.ru.
A sus palabras han seguido las de una diputada rusa, que propuso castigos penales contra la poligamia, prohibida en la Federación pero por el momento no perseguible penalmente.
A la parlamentaria le respondió Elena Mizulina, que es jefa de la Comisión familia, mujeres y niños en la Cámara baja de Parlamento ruso, que se dijo contraria: “Criminalizar la poligamia es ridículo, porque su causa no está ligada a la ausencia de la ley, sino más bien al hecho que no hay suficientes hombres con los cuales las mujeres quieran formar una familia”, declaró a Ria Novosti.
Pocos días después Mizulina tuvo que especificar que “no hay planes para legalizar la poligamia y no llegaron propuestas en este sentido”.
“Puedo decir que la poligamia no está autorizada en nuestro país”, se limitó a comentar el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, subrayando que “sobre este caso no tomaremos parte en la discusión”.
El Patriarcado de Moscú, en cambio, vio en el debate sobre el que Kadyrov llamó “el matrimonio del siglo” un ataque mediático desatado por los opositores de la familia tradicional.
Hablando con la agencia Interfax-Religion, el jefe del departamento sinodal para las relaciones Iglesia sociedad, el arcipreste Vsevolod Chaplin, notó: “Es curioso que los círculos que ahora critican la poligamia, que existe de hecho en el Cáucaso del norte, a menudo son favorables a los matrimonios entre homosexuales”.
“Temo que estos grupos que quieren destruir la familia tradicional estén detrás del ataque mediático en curso en Chechenia -denunció- ellos saben que las personas, privadas de la tradición y de una familia, son fácilmente controlables con la ayuda de manipulaciones políticas y de información”.
Si bien recordando que la Iglesia ortodoxa no acepta la poligamia, porque el matrimonio es considerado como la unión entre un solo hombre y una sola mujer, Chaplin admitió que es “difícil negar el hecho que el imperio ruso no puso ningún obstáculo a la poligamia entre los musulmanes”.
“Hay diversas tradiciones en el mundo-agregó- como éstas que puedan vivir en un único estado y en el mundo moderno es una cuestión que ve enfrentada con una discusión seria, especialmente a nivel de poder legislativo”.
[En la Federación Rusa, incluso sin contar las caucásicas y musulmanas Chechenia e Ingushetia, donde faltan datos modernos, hay 9,4 millones de musulmanes: son más del 30% de la población en el Bashkortostán (38%), Karachay-Cherkessia (34%) y Tatarstan (31%); nota de ReL]