“Dachau fue el campo principal para sacerdotes de toda Europa, y más de la mitad provenían de Polonia”, señaló Mons. Jozef Kloch, portavoz de la Conferencia episcopal de Polonia, quien exhortó a conservar la memoria de estos heroicos sacerdotes.
La conmemoración de estas víctimas se llevó a cabo el 29 de abril en el sur de Alemania con la asistencia de unos 800 sacerdotes y 30 obispos polacos.
“Queremos destacar eso al recordar la liberación del campo por parte del ejército de los Estados Unidos, rindiendo tributo a quienes fallecieron, así como a sus logros espirituales en condiciones tan devastadoras”.
El sufrimiento de los sacerdotes presos en los campos de concentración es todavía poco conocido y a este dolor se sumó la desdicha de los sobrevivientes polacos, quienes regresaron a su país en ese momento bajo control del régimen comunista y frecuentemente fueron acusados de ser espías para otros países.
“No siempre se sabe que los sacerdotes presos pudieron haber dejado Dachau como hombres libres en cualquier momento, con la condición de que renunciaran a su sacerdocio y declararan su apoyo al gobierno alemán”, recordó Mons. Kloch.
“Ninguno de ellos lo hizo y por eso sufrieron un verdadero martirio”.
En 1999, San Juan Pablo II beatificó a 46 de estos sacerdotes, reconocidos oficialmente como mártires.
Los ciudadanos polacos llegaron a ser más del 60 por ciento de los cautivos del campo de concentración de Dachau y un 20 por ciento de los asesinados durante los once años durante los cuales el campo estuvo en funcionamiento.
“Este aniversario debería recordar al mundo lo terrible que es la guerra y llamar la atención hacia la suerte de los muchos sacerdotes que murieron en campos como este”, dijo Mons. Kloch.
En el libro “La Barraca de los sacerdotes, Dachau, 19381945”, el periodista Guillaume Zeller, narra el heorísmo de los sacerdotes ante "los esfuerzos de las SS por deshumanizar y degradar a los prisioneros”. Los sacerdotes de Dachau provenían de Alemania, Austria, Checoslovaquia, Polonia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Francia e Italia.
Según el autor, entre 1938 y 1945 fueron deportados a este lugar 2.579 sacerdotes, seminaristas y monjes católicos; junto a 141 entre pastores protestantes y sacerdotes ortodoxos. De ellos, 1.034 murieron en el campo.
Para Zeller “el campo de Dachau sigue siendo el mayor cementerio de sacerdotes católicos en el mundo”.