Inglaterra y Gales están viviendo un pequeño “boom” de vocaciones religiosas. Hace apenas 10 años, en 2004, el panorama era desolador en conventos y congregaciones femeninas: ese año sólo 4 mujeres entraron en vida de clausura y otras 3 en congregaciones de vida activa.

Sin embargo, el año pasado 18 mujeres se animaron a probar la clausura y otras 27 la vida religiosa activa. El año 2004 marcó el punto más bajo en vocaciones femeninas, mientras que 2014, con esas 45 vocaciones, ha marcado en más alto desde 1990.

De hecho, las vocaciones en 2012, 2013 y 2014 (34, 30 y 45 respectivamente) superan mucho a las de 2005, 2006 y 2007 (13, 14 y 16): es una tendencia consolidada.

En cifras absolutas, el número de 45 nuevas novicias (además de 12 novicios masculinos) puede parecer poco impresionante, pero hablamos de un país protestante muy descristianizado, con sólo unos 4 millones de católicos, y que prohibió la vida religiosa de conventos y monasterios católicos entre el siglo XVI y el XVIII. A modo de comparación, España, con 40 millones de católicos y un convento centenario o un colegio de religiosos casi en cada pueblo (hay unas 6.000 comunidades religiosas en tierras españolas) cuenta con unos 400 nuevos novicios y novicias al año.

Por edades, las 18 británicas que han apostado por la clausura son:

4 mujeres menores de 30 años
7 mujeres entre 30 y 40 años
7 mujeres de más de 51 años.

Las 25 mujeres de vida religiosa activa se dividen así por edad:

2 de 19 a 22 años
8 de 23 a 30 años
5 de 31 a 40 años
6 de 41 a 50 años
4 mayores de 50 años.



¿Cuáles son las causas de “la remontada” en vocaciones, sobre todo femeninas? Las explican el padre Christopher Jamison y la hermana Cathy Jones, responsables de la Oficina Nacional de Vocaciones de los obispos ingleses y galeses (Escocia tiene su propia conferencia episcopal).


Nadie entra en vida religiosa a locas, por echar un vistazo. Se trata de personas que tienen una fuerte identidad católica, y que además tienen clara la identidad específica y el carisma específico de la comunidad en la que entran. Las mujeres con llamado a trabajar con niños entran en congregaciones educativas; las que quieren trabajar con prostitutas y mujeres pobres encuentran una congregación centrada en eso. Jamison y Jones aseguran que las congregaciones y familias religiosas británicas han aprendido a delimitar muy bien su identidad, redescubriendo sus raíces y carismas iniciales. Las menos concretas son las que obtienen menos vocaciones.




Las congregaciones religiosas han aprendido que los jóvenes (y no tan jóvenes) valoran mucho la libertad para explorar su vocación y castigan el sentirse presionados. “Se trata de discernir, no de reclutar”, dicen Jamison y Jones.


Hay una serie de retiros, encuentros y programas transversales en Inglaterra, a los que van movimientos y realidades de todo tipo, jóvenes católicos entusiastas… y también jóvenes religiosos y religiosas. Los jóvenes católicos vuelven a casa de esos encuentros con ganas de transformar el mundo, y pensando en tomar grandes decisiones. Estos programas son:

-Youth 2000 (www.youth2000.org): nació hace 25 años, son encuentros para jóvenes de 16 a 35 años, con misa, adoración eucarística, confesiones, fomento de la Biblia, devoción mariana, buena música y, a menudo, lugares especiales de peregrinación (en islas, santuarios, etc…). Se ha extendido a Irlanda y otros lugares y es un “caladero” de vocaciones.

- Flame Conference (http://cymfed.org.uk/flame2/): es un encuentro más grande (10.000 jóvenes el pasado marzo) y más reciente, promovido en conjunto por varias órdenes religiosas ligadas a la enseñanza y el trabajo juvenil.

- Grupos de Discernimiento Compass (www.compass-points.org.uk): es un programa de 5 fines de semana para grupos de 7 personas, adultos de 20 a 35 años, que quieren “explorar la posibilidad de que Dios les llame a la vida consagrada, sin descartar la posibilidad de otros estados de vida”. Hace 10 años que funciona, con un monje y una religiosa como directores nacionales.

- Invocation (www.invocation.org.uk): un programa de exploración vocacional más moderno, con sede en Birmingham, especialmente centrado en los jóvenes que busca “equipar discípulos intencionales para Cristo” y “equiparles con herramientas adecuadas para escuchar, discernir y responder a la llamada de Cristo en sus vidas”.

-Año Católico “libre” (www.catholicgapyear.com): es una plataforma que coordina toda la oferta católica de voluntariados a tiempo completo o semi-completo, por lo general de un año. En España suena escandaloso, pero en Inglaterra no es infrecuente que un joven católico, antes de entrar en la universidad o justo al acabar sus estudios dedique un año (“gap year”) a un apostolado evangelizador, ser misionero laico con algún movimiento o comunidad, trabajar con niños o necesitados, convivir con religiosos en un santuario histórico realizando algunas tareas, etc… Muchos disciernen a lo largo de este “gap year” un llamado vocacional.




El obispo francés Dominique Rey, conocido por su seminario rebosante en Toulon, dijo en el congreso de Nueva Evangelización de Manresa que “un joven elige seminario como elige escuela de negocios: por Internet”.

Pero eso significa que consulta y examina muchas posibilidades por Internet, además de la oferta física que encuentre en su entorno. Las congregaciones han aprendido a ofrecer métodos de “ven y verás, sin compromiso”. (Hace poco, ReL explicaba un ejemplo de este tipo de invitaciones en Irlanda para chicas). Los programas vocacionales cuentan con web, Facebook, Instagram, fotos hermosas y de calidad, vídeos entusiasmantes para reenviar a amigos y compañeros… la calidad gráfica es importante. La gente joven quiere entregar su vida a algo hermoso... tan hermoso que se pueda demostrar con fotos hermosas en Internet.




Independientemente de que “cada maestrillo tenga su librillo”, como dice el refrán español, la Oficina Nacional de Vocaciones trabaja en equipo con un equipo de religiosos y laicos de distintas tradiciones eclesiales para crear una red de guías vocacionales bien entrenados, que sepan invitar, acompañar, y suscitar en las personas la reflexión sobre la vocación. Son los “pescadores de pescadores de hombres” (y de novicias)… y a “pescar pescadores” también se aprende.