La Cámara de los Comunes del Parlamento británico ha aprobado una ley orwelliana en la tarde del 7 de marzo, por 299 contra 116 votos, que criminaliza cualquier forma de "influencia" cerca de centros abortistas en toda Gales e Inglaterra... incluyendo la mera oración mental.

Así, aunque parezca increíble, Inglaterra en 2023 legaliza los "crímenes mentales": multas por lo que uno piensa en silencio.

Se trata de la "Clause 10" de la "Public Order Bill" que ilegaliza cualquier forma de "influir" en las cercanías de abortorios, y por influencia incluye la oración hablada o silenciosa, las conversaciones amigables y el ofrecimiento de ayudas y alternativas.

El diputado Andrew Lewer ha propuesto una enmienda que al menos deje sin multar la oración silenciosa y las conversaciones consensuadas (lo que no deja de ser una limitación al debate y la expresión pública). Pero esa enmienda fue rechazada por 299 votos contra 116.

Así, los parlamentarios de Inglaterra aprueban los arrestos y las multas por orar en silencio.

Esa Horrible Fuerza y 1984 son dos novelas con gobiernos que castigan 'crímenes mentales', el 'haber pensado' mal; ahora estos crímenes existen en la Inglaterra de 2023.

La prueba de que es algo que se aplica como "crimen mental" es que por segunda vez la policía de Birmingham volvió a detener a la activista católica Isabel Vaughan-Spruce por delito de pensamiento, por rezar en silencio cerca de un centro abortista, algo por la que ya fue arrestada y luego declarada "no culpable" hace unas semanas.

La escena ha vuelto a ser grabada y nos traslada a todos a un mundo enloquecido, propio de la novela distópica 1984 o de la inquietante Esa horrible fuerza, de C.S.Lewis.

- Usted ha dicho que está enfrascada en oración, que es el delito - dice el policía.
- Oración silenciosa - responde Isabel Vaughan-Spruce.
- Aún así estaba enfrascada en oración, que es el delito -insiste el policía.

[-You’ve said you’re engaging in prayer, which is the offence.
- Silent prayer.
- You were still engaging in prayer, which is the offence].

Para arrestar a la mujer, que estaba quieta, tranquila y rezando silenciosamente, en oración mental, han acudido seis policías.

Hace unos meses ya la arrestaron por el mismo "delito" (orar mentalmente en la calle cerca de un centro abortista), pero hace pocas semanas, en el juicio, fue declarada "no culpable" por el Tribunal de Magistrados de Birmingham. La acusación, simplemente, no consiguió mostrar pruebas de su "crimen mental".

Pero lo que entonces era una alocada normativa municipal ahora se implanta en toda Inglaterra y Gales.

Difusión internacional de una norma insólita en Occidente

El grupo de abogados internacional Alliance Defending Freedom ya atendió el caso de Isabel y le dio difusión internacional... y vuelve a hacerlo ahora.

Jeremiah Igunnubole, un asesor legal de Alliance Defending Freedom UK, ha señalado que "es muy preocupante que los derechos básicos de libertad de pensamiento, expresión pacífica y libertad individual estén incluso sometidas a debate. Esto no es 1984 [la distopía escrita por George Orwell que castigaba los "pensamientos"] sino 2023, nadie debería ser criminalizado por sus pensamientos, sus oraciones y por conversaciones consensuadas en la vía pública".

"Hoy es el aborto. Mañana podría ser cualquier otro tema del debate político. El caso es que el Gobierno no debería ser capaz de detener a nadie por orar, y menos en oración silenciosa, o por una conversación pacífica y consensuada", protesta.

Aunque la proposición de ley pedía cárcel para quienes oraran en silencio o se expresaran cerca de centros abortistas, la norma al final reduce el castigo a una multa. "Es de lamentar que el Parlamento, que existe para proteger y ser campeón de los derechos de los votantes, haya tomado partido contra libertades fundamentales, abriendo la puerta a la persecución por crímenes de pensamiento a nivel nacional", señala Igunnubole.

Igunnubole señala que "la clara confusión por parte de la policía respecto al estatus de la libertad de pensamiento en la ley deja claro que las 'zonas de censura' [buffer zones, burbujas] no son adecuadas para una sociedad democrática".

Igunnubole recuerda que el verdadero acoso ya era ilegal en el país, y que un estudio del Gobierno inglés en 2018 mostró que en realidad casi nunca hay acosos ni hostigamiento cerca de centros abortistas. "El Gobierno llegó entonces a la conclusión de que las zonas de censura serían desproporcionadas. No ha habido más revisiones desde entonces. ¿Qué ha cambiado?"

ADF recuerda además que según un sondeo de la BBC en 2022, casi 1 de cada 5 mujeres que abortan en Inglaterra lo hacen contra su voluntad, bajo presiones, amenazas o confusión. ¿No debería ser posible ofrecerles alternativas?

Detenida por pensar

Isabel Vaughan-Spruce se muestra asombrada por su segunda detención, aún más que por la primera.

"Hace solo 3 semanas, un tribunal dejó claro que mis oraciones silenciosas no eran un crimen. Y de nuevo he sido arrestada y tratada como una criminal por tener exactamente los mismos pensamientos en mi cabeza en el mismo lugar", ha declarado la activista católica. El lugar es la acera de enfrente de un centro abortista en Station Road, Birmingham.

Ambas detenciones se han basado en una norma municipal que prohíbe "protestar, es decir, participar en un acto de aprobación/desaprobación o intento de acto de aprobación/desaprobación, con respecto a cuestiones relacionadas con los servicios de aborto, por cualquier medio". La norma especifica que "cualquier medio" "incluye, pero no se limita, a medios gráficos, verbales o escritos, oración o consejería". Así, la norma municipal prohíbe orar con respecto al aborto... incluso en silencio.

Ahora, este tipo de incidentes podrán darse por toda Inglaterra.

Viene a la mente el caso de Santo Tomás Moro, preso, que se negaba a pronunciarse sobre el matrimonio del Rey Enrique VIII y sobre su Acta de Supremacía contra la Iglesia en el s.XVI. Como abogado, sabía que por el silencio se ganaba la cárcel, pero no podían ejecutarle porque no se podía juzgar a alguien por estar en silencio (para ejecutarle hizo falta un testimonio falso de un perjuro, Richard Rich, sobornado con un cargo). Pero la Inglaterra del 2023 parece dispuesta a superar los límites que ni Enrique VIII se atrevió: multas por mantener silencio.

En España y otros países hispanos aún es posible ir a orar ante clínicas abortistas, por ejemplo apuntándose a las campañas de Cuaresma y Adviento de 40 Días por la Vida. 

Hace unas semanas arrestaron y trataron de multar a este sacerdote por dejar un coche  en Birmingham cerca de una clínica abortista, un coche que tenía una pegatina provida. Luego ganó el juicio, pero el caso es preocupante.