El nacionalismo checo de izquierdas, primero, y después la persecución anticatólica del régimen comunista tras la Segunda Guerra Mundial impidió que se volviera a erigir la columna.
Pero ahora una asociación ciudadana (www.marianskysloup.cz) va a conseguir que la Virgen vuelva a su lugar, aunque sea con la oposición de la Iglesia evangélica local... y del Partido Comunista, que no está especialmente arrepentido de décadas de persecución sangrienta y expolio a las iglesias.
Volver a levantar la imagen de la Virgen es todo un símbolo en la República Checa, uno de los países más descristianizados de Europa, con un 70% de población atea, agnóstica o indiferente; incluso entre el 28% que se declara católico, sólo uno de cada cinco va a misa. Las iglesias protestantes apenas mueven fieles, aunque reclaman simbólicamente la herencia antirromana de los herejes husitas del siglo XV.
La columna mariana se alzará gracias al trabajo de una sociedad creada a tal efecto, a las donaciones de decenas de particulares y al trabajo gratuito del escultor Petr Váña, que tiene ya prácticamente terminada una réplica exacta del monumento, esculpida como el original, en arenisca. El Ayuntamiento de Praga ya dio su aprobación.
La columna fue construida en 1652 y es de estilo barroco. En el siglo XIX, los nacionalistas checos la asociaron políticamente como un símbolo de la monarquía Habsburgo. Ese nacionalismo asociaba lo protestante y anticatólico con el independentismo checo. De hecho, en 1915, construyeron cerca de la columna de la Virgen otra estatua, en este caso del líder husita, Jan Hus, que nunca fue destruido.
Grabado de 1650 con la imagen de la Inmaculada de Praga
Así era la plaza con la Inmaculada antes del vandalismo anticlerical de 1918
El historiador Jaroslav Šebek describió cómo fue la destrucción a manos de una turba de socialistas y anarquistas, unidos en odio anticatólico y antiaustríaco. "De poner el lazo a la cabeza de la Virgen para poder quebrar la estatua y echar abajo sus 14 metros de catolicismo austriaco se encargó el anarquista František Sauer. Otros políticos de renombre presentes en el acto fueron las socialistas Milada Horáková y Fráña Zemínová, así como el socialdemócrata Josef Stivín, que cuando Sauer ajustó la cuerda a la estatua gritó “¡cárgatela ya!”. Tras un rifirrafe entre partidarios y detractores del acto, la multitud tiró finalmente de las cuerdas", prosigue Šebek. "Fue una especie de punto final de la monarquía de los Habsburgo, y con su caída, la Columna Mariana abrió la nueva etapa del Estado Checoslovaco”.
La muchedumbre se dirigió después al puente de Carlos, con la intención de arrojar al río los fragmentos de la estatua, sin embargo fueron detenidos por un grupo de soldados. Varias partes de la columna, y sobre todo de la estatua, consiguieron ser salvados. La cabeza por ejemplo fue guardada por uno de los presentes y más tarde vendida al Museo Nacional, en cuyo lapidario se conservan hasta la actualidad los fragmentos originales.
“Hay que decir que en los primeros tres años del surgimiento de la República Checoslovaca se dieron casos de destrucción de varios monumentos de carácter sagrado, sobre todo cruces y estatuas de Juan Nepomuceno", recuerda el historiador.
Pero como recuerda Václav Dajbych, de la Sociedad para la Renovación de la Columna Mariana, la imagen no había sido una imposición de políticos austriacos sino fruto de la devoción de los praguenses.
“Los habitantes de la ciudad prometieron que si Praga se salvaba del ejército sueco construirían un monumento a la Virgen María. Y de hecho la Columna Mariana es básicamente un armario para guardar la imagen de la Virgen María de Rynek, a la que rezaban durante el asedio de Praga y que llevaban consigo durante los combates más duros. La verdad es que las murallas estaban en un estado lamentable y realmente los praguenses creían que fue la Virgen María la que los salvó de acabar como Malá Strana, que fue saqueada”. La imagen de la Virgen María de Rynek, del siglo XV, se salvó por cierto de la destrucción y actualmente forma parte de la colección de la Galería Nacional checa.
Con este tenderete -que incluye velas e iconos- se recogen donativos para erigir la columna de nuevo
La Sociedad por la Renovación de la Columna Mariana tiene argumentos también no religiosos para recuperar la columna. “Sin la Columna Mariana la plaza de la Ciudad Vieja no está completa. Una de las razones es que se trata de la primera obra barroca de su tipo en Bohemia y que a partir de ella se desarrollaron el resto de columnas marianas del país. Hay ahora un agujero histórico: la primera columna ya no está pero sí que continúan sus copias”, señalan.