El llamado Camino Sinodal alemán ha dado un paso más allá en sus demandas. Mientras el pasado jueves, 33 obispos, frente a 21, votaron a favor de una resolución para cambiar la moral sexual de la Iglesia, ahora ha sido el 82% de los obispos alemanes el que ha solicitado al Vaticano si puede investigar la ordenación de mujeres en un futuro.
Exigencia, que queda en sugerencia
Los miembros de la asamblea plenaria del Camino Sinodal alemán aprobaron por amplísima mayoría un texto sobre "la igualdad de derechos de las mujeres en la Iglesia". Lo que no esperaba, esta mayoría, es que una enmienda introducida por los obispos impediría la solicitud explícita al Papa para que acepte la ordenación sacerdotal de las mujeres. Finalmente, lo aprobado ha sido una propuesta al Pontífice para que analice el tema.
Durante la votación del texto, el 92% de los delegados, y cerca del 82% de los obispos, votaron a favor. En la propuesta inicial se pedía reformar el documento magisterial Ordinatio sacerdotalis de 1994, que sentencia que el sacramento del orden sacerdotal está reservado solo a los hombres. El escrutinio terminó en un cerrado aplauso de los presentes, al temerse que se pudiera producir un nuevo rechazo.
El documento, de 32 páginas, afirma que: "No es la participación de las mujeres en todos los ministerios y cargos de la iglesia lo que requiere justificación, sino la exclusión de las mujeres del ministerio sacramental". Y, añade: "No existe ninguna línea de tradición ininterrumpida para esta exclusión".
Durante las discusiones del texto algunos de los presentes llegaron a manifestar que la figura del sacerdote actuando "como la persona de Cristo" era algo superado "en la polaridad del género". En cambio, el obispo de Ratisbona, Rudolf Voderholzer, dijo que esta figura era "la base de la sacramentalidad del matrimonio y está muy bien fundada bíblicamente".
Por su parte, el cardenal Rainer Woelki señaló que con la Ordinatio sacerdotalis y la "correspondiente declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que ha hecho la clasificación dogmática de este texto", el tema estaba cerrado. Dorothea Schmidt, otra de las participantes, expresó: "Es un misterio cómo queremos resolver los problemas en contra del Magisterio".
La teóloga Marianne Schlosser también se pronunció en contra del texto: "Para reconocer los signos de los tiempos, no sólo hay que ser hijo de la propia época. La vara de medir para esto es la Iglesia y su tradición". Por otro lado, el propio presidente de la Conferencia Episcopal y del Camino Sinodal, monseñor Georg Bätzing, deseó poder alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria para aprobar el texto.
Una mayoría alarmante
El otro gran tema del Camino Sinodal de los últimos días ha sido el cambio en el enfoque de la Iglesia sobre moral sexual. En la votación sobre esta modificación se consiguieron entre los presentes más de dos tercios de votos a favor, pero, no así entre los obispos. Por lo que, finalmente, el documento no fue aprobado.
Lo llamativo de esta votación fue que 33 obispos (el 61%) estuvieron de acuerdo en modificar algunos de los aspectos morales más cruciales de la Iglesia, frente a 21 que votaron en contra. Tres prelados se terminaron absteniendo.
El documento, de 30 páginas y titulado "La vida en las relaciones exitosas: los principios de una ética sexual renovada", invita a la Iglesia a introducir cambios como los siguientes:
"Es urgente el reconocimiento de la igualdad de valor y la legitimidad de las orientaciones no heterosexuales, de sus prácticas y de sus relaciones, y en su contexto la eliminación de la discriminación basada en la orientación sexual".
“La sexualidad entre personas del mismo sexo, también expresada en actos sexuales, no es… un pecado que causa la separación de Dios, y no debe ser juzgado como intrínsecamente malo”.
"La seguridad en la propia identidad de género representa una base indispensable para la felicidad personal en la vida de todas las personas. Como iglesia, tenemos que respetar la autocomprensión individual de la identidad de género de cada persona como parte inviolable de su imagen única de Dios".
Tras la votación, muchos delegados expresaron su frustración con los votos de los obispos y les acusaron de no haber escuchado a su pueblo. Otros participantes instaron a que las futuras votaciones en la asamblea se llevaran a cabo con los votos de cada obispo registrados por nombre.
Durante estos días se votan un total de 14 textos entre los que destacan, además de los anteriores, uno llamado "Una reevaluación de la homosexualidad en el Magisterio", que propone modificar el Catecismo, y otro que sugiere la creación de un gran "consejo sinodal" permanente, compuesto por obispos y laicos, que supervise la Iglesia en Alemania.