Cientos, quizá miles de personas, la mayoría de ellas procedentes de Oriente Próximo, se agolpan en el cada vez más frío paso fronterizo de Kuznica intentando entrar en la Unión Europea desde Bielorrusia.
Son las autoridades bielorrusas quienes las llevan allí y prácticamente las empujan contra la frontera polaca, donde la policía polaca impide su paso con material antidistubios.
Los obispos europeos coordinados en la COMECE (Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea) instan en una declaración a la UE y a sus Estados miembros, así como a las personas de buena voluntad, a expresar su solidaridad práctica con los migrantes en circunstancias dramáticas, según ha reclamado su presidente, el cardenal Hollerich.
El dictador que arroja a los migrantes como arma
La UE acusa al dictador bielorruso Alexánder Lukashenko (al que muchos consideran el último dictador comunista de Europa) de usar a los migrantes como un arma para vengarse por las sanciones que la UE ha impuesto a Minsk por sus violaciones a los derechos humanos y su represión contra la oposición.
Polonia, Letonia y Lituana declararon ya hace meses el estado de emergencia debido al aumento de la inmigración irregular procedente de Bielorrusia. Ya en el mes de julio más de 4.000 personas, en su mayoría iraquíes, entraron de forma irregular en Lituania desde Bielorrusia.
Cuando Lituania cerró la frontera, la afluencia de migrantes se trasladó a Letonia y a Polonia. Pero ahora el frío añade un componente de crisis humanitaria a la concentración de personas a la intemperie.
El diario alemán Bild señala que en la valla polaca se acumulan sobre todo migrantes de Irak, Kurdistán y Siria, y en menor número de Congo y Camerún.
La frontera de Kuznica Bruzhgi el 8 de noviembre: la dictadura bielorrusa envía migrantes pobres de Oriente a la intemperie contra la frontera de la UE
Reacción de la Iglesia polaca
«Condeno enérgicamente la utilización de tragedias humanas de parte de Bielorrusia para llevar a cabo acciones contra la soberanía de Polonia», escribió en un comunicado el Presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, Stanislaw Gadecki, arzobispo de Poznan.
"Los migrantes son principalmente víctimas de las acciones políticas despiadadas y de la codicia de las mafias del contrabando. Por lo tanto, quiero reiterar una vez más que las personas afectadas por este mal necesitan nuestra ayuda y solidaridad", añade su nota.
"Quiero expresar mi agradecimiento a las personas e instituciones que prestan esta ayuda, de acuerdo con la legislación vigente en Polonia. También quiero expresar mi gratitud a todos los servicios estatales, incluidos, en primer lugar, los guardias de fronteras, el ejército y la policía, por su dedicada defensa de las fronteras de Polonia. Les aseguro mi comunión de oración con usted y sus seres queridos en estos difíciles momentos de servicio por el bien de la patria", finaliza el comunicado que han difundido.
Los obispos europeos piden un enfoque humanitario
La Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) ha pedido en una declaración a la UE y a sus Estados miembros, así como a las personas de buena voluntad, un enfoque solidario y práctico con los migrantes.
En el texto, firmado por su Presidente, el cardenal Jean-Claude Hollerich, se lee: “Todo ser humano debe ser tratado con humanidad. Los migrantes y los solicitantes de asilo merecen que se respeten plenamente su dignidad y sus derechos fundamentales, sea cual sea su situación legal”.
“Todos debemos mostrar nuestro apoyo concreto a las familias y personas necesitadas, ya sea que migren o busquen asilo, en particular los niños, los ancianos y otras personas en situación de vulnerabilidad”
La COMECE agradece a la Iglesia Católica en Polonia y a otras instituciones y personas de buena voluntad, “su apoyo material y espiritual a los necesitados en la mencionada frontera”.
"No podemos permitir que la gente muera en nuestras fronteras. Hay que hacer todos los esfuerzos para evitar estas tragedias, así como para mitigar el sufrimiento de las personas que abandonaron sus países debido a la guerra, la violencia o la falta de perspectivas sociales y económicas".
La COMECE hace un llamamiento a la Unión Europea y a sus Estados miembros para que apoyen a Polonia a la hora de afrontar este reto humanitario en su frontera, así como a otros países de la UE en la región que puedan enfrentarse a un escenario similar.
“Aprovecharse e instrumentalizar la desesperación de los migrantes y solicitantes de asilo tiene graves y perjudiciales consecuencias humanas y debe evitarse”, añade la nota.
La COMECE pide que se respete la dignidad humana y el derecho internacional y se busque una solución dialogada.