Uno de los edificios más famosos de Alemania, la catedral de Colonia, quedará a oscuras en la noche del lunes en protesta contra una marcha en las calles del mvimiento anti-islámico PEGIDA.
El auge del grupo llamado Europeos Patrióticos contra la Islamización de Occidente (PEGIDA, por su sigla en alemán), ha sacudido a la clase política alemana, y llevó a la canciller Angela Merkel a decir en su discurso de Año Nuevo que sus líderes eran racistas llenos de odio y que los ciudadanos deberían tener cuidado de no ser utilizados.
A la última marcha semanal de PEGIDA en la ciudad oriental de Dresden asistieron unas 17.000 personas, y el movimiento planea más manifestaciones en otras localidades, incluido el centro de Colonia el lunes con una concentración al lado de la catedral.
"PEGIDA está formada por una increíble mezcla de personas, desde aquellos en el medio de la sociedad a racistas y extrema derecha", dijo el deán de la catedral Norbert Feldhoff a Reuters.
"Con el hecho de apagar la iluminación queremos hacer que aquellos que estén en la marcha se detengan y piensen. Es un desafío: contemplen con quién están marchando", agregó.
La famosa ópera de Dresden, la Semperoper, también apagó sus luces en protesta durante la marcha de PEGIDA por la ciudad.
Un encuesta divulgada el jueves mostró que uno de cada ocho alemanes participarían de una marcha antimusulmana si PEGIDA la organizaba en su ciudad.
El número de personas que buscan asilo en Alemania preocupa a muchos en el país. Las solicitudes saltaron a 200.000 en el 2014, cuatro veces la cifra registrada en el 2012. La inmigración neta también marcó un máximo de dos décadas.
Los partidos contra la inmigración, capitalizando el desencanto de los votantes con la austeridad económica, gozan de una mayor popularidad en varios países europeos, como Francia, Gran Bretaña, Suecia y Holanda.