Zhitómir es una ciudad de unos 265.000 habitantes del noroeste de Ucrania donde no han llegado las tropas rusas de tierra pero sí ha sufrido crueles bombardeos con aviones y con misiles.
Allí, la hermana Frantsyska Tumanevych es la responsable de coordinar y redistribuir por la región o hacia Kiev todo el material humanitario de Caritas Spes, que es la Cáritas de la Iglesia de rito latino, más pequeña que la Caritas Ucrania, ligada a las diócesis greco-católicas.
Esta religiosa de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret explica que hace un mes su vida era completamente distinta. En enero defendió su doctorado en Derecho Canónico y trabajaba como jueza en el Tribunal Eclesiástico.
"Y ahora soy jefa aquí de Caritas Spes, decido donde poner cajas de pañales, dónde encontrar un camión y cómo llevar urgentemente los productos de necesidad", declara en ThePage.ua. "Mi teléfono se está llenando de números curiosos: 'Volodya, camionero', 'Vitya, descargador'..."
En estas 3 semanas ha hecho llegar 20 toneladas de ayuda a más de 15.000 personas. Junto a la guerra, con su "terrible dolor, la pérdida y la destrucción", ve también que "la bondad y la sensibilidad humanas se te revelan en una escala sin precedentes".
La Hermana Frantsyska supervisa los almacenes y envíos de Caritas Spes Ucrania desde Zhitómir.
Redistribuir y llegar a sitios que están peor
Zhitómir es bombardeada por aviones y misiles, pero no sufre bloqueos. Los cargamentos pueden llegar y redistribuirse. "Por eso nuestra tarea es atender las necesidades de las personas en las regiones que más sufren”, afirma la religiosa.
Las hermanas de la Sagrada Familia tienen unas 150 comunidades en 15 países y se dedican a la educación infantil y el cuidado de enfermos. Al principio, las hermanas en Zhitómir pensaban que se volcarían en los huérfanos y niños, pero prácticamente todos los niños de la región huyeron a las zonas más seguras al oeste y sur del país, o al extranjero. Poco después descubrieron que donde sí tenían que volcarse era en cuidar, alimentar y acompañar a discapacitados mentales y ancianos abandonados.
"Cuando trajimos comida y ropa a los enfermos, nos quedamos asombrados: los residentes de los internados (de Borodyanka, distrito de Makariv, donde tuvieron lugar esas sangrientas batallas) en su mayoría estaban en pantuflas, desnudos, descalzos y hambrientos. Muchos atravesaron las batallas hasta Zhitómir. Enterraron a sus muertos en el patio del internado, se sentaban sin luz ni calefacción, ni comida ni agua. Los más débiles murieron camino de Zhitómir. Es imposible escuchar sin lágrimas. Gracias a nuestros donantes, recibieron lo más necesario: zapatos, ropa, ropa de cama y comida. Estos adultos, como niños grandes, lloraban de alegría”, explica la religiosa.
De Polonia llega comida, ropa de abrigo, recursos básicos, que Caritas Spes distribuye. También van consiguiendo medicinas comunes para hospitales que llevan a diversas ciudades, incluyendo Kiev.
Pero hay equipo específico que a veces no se consigue, y eso implica tragedias desgarradoras.
“Llamó un médico de Korostyshev. Necesitaba instrumentos quirúrgicos caros y específicos que no se pueden comprar en una farmacia. No podía operar sin ellos. Como no los tenía, tuvo que amputarle la mano a un niño de 8 años. Cuando escuchas esas historias..."
Los voluntarios de Caritas Spes Ucrania en Zhitómir mantienen el ánimo en circunstancias duras.
Como signos de esperanza, ve el trabajo de tantos voluntarios y la ayuda que llega constantemente. Además, desde hace un mes, participa en un encuentro de oración cada día por Zoom con personas de todo el mundo, que unidos por Internet rezan por Ucrania y la paz. "Ver vecinos normales en el oeste que oran, apoyan, envían ayuda y están dispuestos a darnos sus hogares es muy inspirador", afirma.
(Fotos de Marina Tkachuk para ThePage.ua)
La mejor forma de ayudar la hermana Frantsyska y Cáritas de Zhitómir desde España es con donativos a través de Cáritas con Ucrania.
En el vídeo, periodistas de TeleMundo muestran edificios en Zhitómir destruidos por aviones o misiles rusos.