El Papa Francisco donó 100.000 euros a la Fundación de Auschwitz-Birkenau (http://auschwitz.org), que gestiona el mayor museo referido al campo de concentración alemán, situado en Oswiecim, en el sur de Polonia.
Lo indicó este lunes 29, el presidente de la Fundación y Director del Museo Piotr Cywinski, en una declaración.
El cardenal secretario de estado, Pietro Parolin, en el mensaje que acompaña la donación escribió: "La suma no es grande porque nuestras posibilidades son limitadas, pero con ésta expresamos nuestro pleno apoyo al proyecto emprendido por la Fundación".
El Vaticano es el país número 31 que contribuye con el "fondo perpetuo", de 120 millones de euros, establecido por la Fundación Auschwitz Birkenau, para resolver los costos para mantener el museo.
Auschwitz-Birkenau es símbolo del Holocausto, fue el mayor campo de exterminio nazi. Allí entre 1940 y 1945 más de 1,1 millones de prisioneros perdieron su vida, en su mayoría Judíos.
Fue un complejo formado por diversos campos de concentración y exterminio realizado por el régimen nazi, tras la invasión alemana a Polonia en 1939, al inicio de la Segunda Guerra Mundial.
La UNESCO lo declaró en 1979 como patrimonio de la humanidad, uno de los lugares de mayor simbolismo del Holocausto o Shoah.
Juan Pablo II lo visitó en 1979: era un lugar de una simbología especial para un polaco como él. Benedicto XVI, que era alemán, la nación que construyó el campo, lo visitó en 2006 (vea aquí su discurso emocionado).
Allí, el Papa Benedicto XVI dijo: "Con profundo respeto y gratitud nos inclinamos ante todos los que, como los tres jóvenes frente a la amenaza del horno de Babilonia, supieron responder: "Sólo nuestro Dios puede librarnos; pero si no lo hace, has de saber, oh rey, que nosotros no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que has erigido".