La industria de la pornografía, con Pornhub a la cabeza, está intentando llegar al máximo de personas solas, confinadas, enganchadas a sus pantallas, fáciles de convertir en adictos. Para ello, ofrecen gratis contenidos que antes del confinamiento eran de pago, y lo anuncian como una gran "aportación" y "ayuda" en el confinamiento.

En Francia, varias asociaciones católicas y protestantes han unido fuerzas para pedir al presidente Emmanuel Macron que prohíba las campañas de marketing oportunista de la industria pornográfica. Ya han recogido recogido hasta 800.000 firmas pidiendo su cierre en una campaña dirigida por la organización Exodus Cry y por activistas contra la trata como Laila Mickelwait, que han denunciado la falta de control en la web ante la publicación de contenidos criminales y no consentidos, como ha difundido EvangelicalFocus

A través de una cartasiete organizaciones cristianas francesas han pedido que se prohíban las campañas de marketing online que ofrecen porno gratis, al menos durante la epidemia de Covid-19, que hace más vulnerable a la población. También piden “cerrar por completo las páginas porno a corto plazo”. 

Las asociaciones son: 

- Associations Familiales Protestantes
- Associations Familiales Catholiques
- l’Armée du Salut (Ejército de Salvación)
- Comité Protestant évangélique pour la Dignité Humaine
- Cnef-Solidarité (Consejo Nacional de Evangélicos de Francia)
- Michée-France
- Planète Enfants et Développement

La carta pide “inmediatas medidas y fuertes sanciones para proteger a los niños del acceso a la pornografía en internet y combatir los crímenes pedófilos”. 

Las entidades que firman la carta también exigen que “se abran investigaciones judiciales sobre los contenidos de vídeo de Pornhub y otras páginas, los propietarios de las plataformas y su implicación en la difusión incontrolada de vídeo que muestran a víctimas del tráfico humano, abusos sexuales y menores”.  Estas páginas pornográficas deberían ser consideradas “responsables” de la “explotación” y los crímenes cometidos contra personas que, en contra de su voluntad, aparecen en sus contenidos, añaden.

Además de al presidente Macron, la carta se ha enviado también a otros 25 líderes políticos galos.

Puede leer la carta aquí en francés en PDF