El 2 de octubre de 1954 se celebra un funeral en Loitz, una pequeña ciudad del noreste de Alemania, cerca de Greifswald, que en ese momento formaba parte de la República Democrática Alemana. El sacerdote lleva ornamentos blancos, comunes en los funerales infantiles: Brigitte Irrgang tenía once años cuando fue víctima de un brutal ataque sexual tres días antes.
Pocos días antes de este trágico suceso, y como parte de su preparación para recibir el sacramento de la confirmación –previsto para el 18 de octubre–, Brigitte había elegido a Santa María Goretti como patrona. María Goretti, canonizada en 1950, es ejemplo de pureza y virginidad al negarse a entregarse sexualmente a su asesino. ¿Una premonición?
Una iglesia prestada
En 1999, Hans-Georg Tappert rememora aquellos sucesos de 1954 en una publicación parroquial. Destaca que en Loitz, en una región mayoritariamente protestante, no hay ninguna iglesia católica; la más cercana se encuentra en Demmin, a unos 10 kilómetros de distancia.
A pesar de esto, la familia Irrgang es tan conocida y respetada en esta ciudad de apenas 7.000 habitantes, que el párroco católico Heinrich Wessels ha acudido a Loitz para celebrar la misa de réquiem en una iglesia “prestada”, la iglesia protestante de Santa María. Un largo cortejo fúnebre recorre la ciudad, con las calles abarrotadas, hasta el cementerio.
Doble exilio
Los padres de Brigitte, Wilhelm y Jolanthe, casados en 1932, se establecieron como profesores de escuela en Krickerhau (la actual Handlová), perteneciente a la región de Hauerland, en los Cárpatos, que fue colonizada por alemanes en el siglo XII. Aunque perteneciente a Eslovaquia, contaba con una población mayoritariamente alemana.
Allí nacieron los cuatro primeros hijos, todos varones: Emmerich, Edmund, Willi y Theo. Y en la vivienda aneja a la escuela nace Brigitte el 10 de febrero de 1943; el 14 de febrero es bautizada. Le siguió un hermano, Peter, nacido en 1945, quien más tarde se convertiría en sacerdote del Opus Dei.
Peter Irrgang, durante una entrevista de 2020, bajo el retrato de su hermana Brigitte.
En 1944, ante el avance del frente, la familia huyó hacia el oeste, a la frontera entre Alemania y Chequia, junto con unos 1.000 niños de la escuela. En 1946 fueron expulsados, como todos los alemanes, de la recién fundada Checoslovaquia. En julio de ese mismo año llegan a Loitz, donde Wilhelm Irrgang recibe el encargo de ampliar la escuela entonces existente hasta convertirla en una escuela de segunda enseñanza.
Los padres –profundamente creyentes– se enfrentan a un doble desafío: educar católicamente a sus hijos en un ambiente protestante y, lo que resultará más difícil: enseñarles a llevar una vida cristiana en una sociedad comunista. La inmensa presión que sufre Wilhelm Irrgang, pues de él se esperaba que educara a los alumnos de su escuela de acuerdo con los principios socialistas y que para ello se diera de baja en la Iglesia, llevará a que la familia decida huir a la Alemania occidental, en 1958, aunque para ello tuvieron que dejar atrás la tumba de Brigitte.
El crimen
El fatídico 29 de septiembre de 1954, la madre de Brigitte envió a la muchacha a comprar unos ingredientes para la cocina. Como tardaba bastante tiempo en volver, los hermanos salieron en su búsqueda. La encontraron agonizante en medio de unos arbustos, a pocos metros del portal de la casa. Pronto se pudo detener al asesino, un vagabundo, quien al parecer esperaba a una chica mayor que Brigitte.
El hecho de que el criminal no consiguiera forzar a la muchacha, debido a la oposición de ésta, y la devoción de Brigitte por Maria Goretti, ha llevado a que fuera considerada como "mártir de la pureza".
La pequeña Brigitte Irrgang (1943-1954).
La profesora Hanna-Barbara Gerl-Falkovitz, en una conferencia de 2021, decía: "Al igual que Maria Goretti perdonó a su asesino, podemos suponer que también Brigitte perdonó a su asesino". Un año más tarde, el sacerdote Heinrich Wessels, quien conocía bien a la familia, escribió sobre estos acontecimientos; describió a Brigitte como "mártir de la pureza" y la comparó con María Goretti.
A comienzos del siglo XXI, casi cincuenta años después de su muerte, fue incluida en el Martirologio alemán del siglo XX, creado por iniciativa de San Juan Pablo II.
La devoción a Brigitte
En octubre de 2004, la ciudad de Loitz, junto con las parroquias católicas y protestantes y los alemanes de los Cárpatos procedentes de Krickerhau y de diversas partes de Alemania, celebraron el 50º aniversario de la muerte de Brigitte.
El cardenal Georg Sterzinsky de Berlín pronunció el sermón del oficio ecuménico en la iglesia protestante de Santa María. Monseñor Helmut Moll, de Colonia, principal editor del Martirologio, explicó por qué Brigitte fue incluida entre los mártires a pesar de su corta edad.
Renate Holznagel, entonces vicepresidenta del parlamento del estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, apadrinó las celebraciones y expresó el mensaje de Brigitte con las siguientes palabras: “Incluso esta vida que terminó joven no fue en vano; ha dejado una huella duradera y da esperanza... El destino de Brigitte nos recuerda a muchos niños y jóvenes que fueron asesinados de forma similar, rescatándolos del olvido”.
La huella que dejó Brigitte Irrgang con su corta vida sigue presente: además de varias placas conmemorativas, en Loitz y en Krickerhau/Handlová, en 1999, el cardenal Sterzinsky visitó su tumba. Desde que se pronunció la primera conferencia pública sobre Brigitte, en septiembre de 2001 y en la isla de Rügen, relativamente cercana a Loitz, la atención se ha centrado repetidamente en el mensaje de la historia de Brigitte a favor de la buena convivencia entre personas de distintas visiones del mundo.
“Me gustaría construir el futuro con personas como ella, en la Iglesia y en el mundo”, dijo el antiguo deán de la catedral y vicario general de Berlín, Stefan Dybowski, quien recomendó a Brigitte como modelo atractivo para el testimonio cristiano en una sociedad secularizada. En la Jornada Mundial de la Juventud de 2005, celebrada en Colonia, muchos jóvenes mostraron interés en conocer a Brigitte, y se distribuyeron folletos con información sobre ella en ocho idiomas.
En 2011 se fundó el Círculo de Amigos de Brigitte Irrgang, con sede en Loitz, con el objetivo de mantener viva su memoria. En 2018, durante la Convención de los Católicos celebrada en Münster, tuvo lugar una mesa redonda sobre los "nuevos” mártires, dirigida por monseñor Helmut Moll, quien presentó a Brigitte como ejemplo de los mártires de la pureza.
En abril de 2019, con motivo de la presentación de la séptima edición del Martirologio alemán del siglo XX en dos volúmenes, Moll inició una lista con la solicitud de apertura del proceso de beatificación de Brigitte Irrgang; desde entonces, muchas personas han estampado su firma en esta solicitud.
El 4 de marzo de 2020, la archidiócesis de Colonia concedió permiso para imprimir y utilizar de forma privada un folleto de oración por la intercesión de Brigitte Irrgang.