El cardenal portugués José Policarpo ha fallecido este miércoles a los 78 años de edad, como consecuencia de un problema cardíaco, cuando se encontraba en un retiro en Fátima.
El cardenal Policarpo era arzobispo emérito de Lisboa, diócesis que pastoreó durante 15 años.
Era cardenal elector y participó en el cónclave que eligió a Benedicto XVI y también en el que eleigió al Papa Francisco.
Ordenado padre a los 25 años y obispo a los 42, estudió Filosofía y Teología en los seminarios de Santarém, Almada y Olivais, en Lisboa. Entre 1966 y 1970 vivió en la capital italiana donde se licenció en Teología Dogmática en 1968 por la Pontifícia Universidad Gregoriana de Roma, con una tesis titulada “Teología de las Religiones No- Cristianas”.
Durante casi tres décadas dirigió la formación de los padres salidos del Seminarios de los Olivais. Fue rector de la Universidad Católica de Lisboa durante ocho año y dirigió el proyecto de la Iglesia Católica en la televisión TVI.
Fue una figura importante en la renovación de la Iglesia en Portugal, responsable de la reforma eclesial iniciada por el Concilio Ecuménico del Vaticano II.
Era conocido por su trabajo por el diálogo interreligioso y ecumenismo. Desde su nombramiento como arzobispo coadjutor defendió que la Iglesia debía «partir para la apertura de nuevos ritmos pastorales», protagonizando una renovación cultural.
Tiene cerca de 50 obras publicadas y era socio honorario de la Academia de las Ciencias de Lisboa y académico de mérito de la Academia Portuguesa de Historia.
Siguió muy de cerca la actualidad nacional e internacional y algunas de sus declaraciones causaron polémica. Por ejemplo, hace unos años dijo que la ordenación de mujeres era una cuestión en abierto y que antes o después acabaría por llegar, palabras que no agradaron al Vaticano. (Luego se desdijo con una declaración oficial, como recoge aquí ReL).
Reacciones
El actual cardenal patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, ha destacado la generosidad, lucidez y bondad con la que José Policarpo ejerció su ministerio.
El presidente de la República, Cavaco Silva, asegura que «todos los portugueses, creyentes y no creyentes lamentan la pérdida de una personalidad única que por su lucidez serena y por su luminosa inteligencia de su palabra constituyó una de las más importantes referencias éticas y espirituales de nuestra sociedad».
Por su parte el primer ministro luso, Passos Coelho, resalta «su distinguida vida eclesiástica, siendo un hombre de fe, tolerancia y de servicio a la comunidad y a la Iglesia Católica». Los obispos reunidos en Fátima han querido agradecer a Dios la rica vida de buenas obras de Policarpo, «intensamente dedicada al servicio de la Iglesia y del mundo, interviniendo en el campo pastoral, cultural y social con sabiduría y coraje evangélico».
Este jueves se instalará la capilla ardiente en la Sé de Lisboa donde tendrá lugar el funeral el viernes a las 16 horas. Posteriormente será trasladado y enterrado en el monasterio de San Vicente de Fora, panteón de los patriarcas.