La corte, a la que se habían dirigido los familiares de las víctimas, ha declarado que puesto que el hecho se realizó fuera de su propia competencia, no ha podido expresarse sobre el exterminio al no poder valorar las investigaciones llevadas a cabo por las autoridades rusas.
Por esta razón, tanto la solicitud de una compensación para los familiares de doce de los oficiales polacos asesinados, como la petición de requerir una condena por parte de Rusia sobre los hechos ha resultado inútil.
Formalmente, el TEDH ha explicado que si por un lado deploraba la falta de colaboración de Moscú, por el otro no podía hacer manifestación alguna sobre una investigación dirigida por las autoridades rusas sobre la masacre, al haber sucedido ésta diez años antes de que la Convención Europea de los Derechos Humanos entrase en vigor.
Aunque no hay ninguna duda de que hubo una masacre, sin embargo los familiares no pueden ser considerados víctimas de un trato inhumano por parte de las autoridades rusas, como lo son aquellos que no saben nada de lo sucedido a un familiar suyo desaparecido.
No fue hasta 2010 cuando la Duma rusa reconoció el homicidio de Katyn como un crimen del régimen de Stalin.
En él murieron más de veinte mil oficiales del ejército polaco y durante mucho tiempo la masacre fue atribuida a los nazis.
En 1990 los rusos reconocieron la responsabilidad de la Armada Roja; en 2010 Vladimir Putin participó en la conmemoración del 70 aniversario de la masacre.
El 15 de julio de 2012, el Patriarca ortodoxo de Moscú y de toda Rusia, Kirill, visitó el lugar del crimen.
Sobre Katyn, el director Andrzej Wajda rodó una maravillosa película (se puede adquirir aquí).
En una entrevista exclusiva a Tempi, el director había declarado: «Hasta 1989 hubiera sido imposible realizar una película sobre Katyn, porque según la versión oficial impuesta por los soviéticos, la masacre de veintidós mil oficiales del ejército polaco, realizada en 1940 en los bosques de Katyn, había sido obra de los alemanes. En realidad, en Polonia todos sabían que los culpables eran los rusos, y nadie estaba dispuesto a rodar una película llena de mentiras; de este modo, Katyn seguía siendo una herida abierta en nuestra historia».
(Traducción de Helena Faccia Serrano)