El Papa Francisco ha aceptado este jueves la renuncia que le presentó monseñor Michel Aupetit, arzobispo de París, hace tan sólo unos días ante el revuelo que se generó en Francia después de que varios medios publicaran que habría mantenido una supuesta relación sentimental con una mujer adulta cuando era vicario general de París, antes de haber sido ordenado obispo.

Pese a que Aupetit desmintió “con fuerza” que había mantenido dicha relación sentimental con esta mujer sí admitió que había tenido un comportamiento ambiguo. De este modo, el que aparecía como la principal figura de Iglesia francesa y posible candidato a ser cardenal dejará la histórica sede de París a los 70 años.

Aupetit fue designado obispo auxiliar de París el 2 de febrero de 2013, con 61 años. Entre 2014 y finales de 2017 fue obispo de Nanterre. Fue designado arzobispo de París el 7 de diciembre de 2017 y asumió la sede el 6 de enero de 2018.

De este modo, Francisco ha nombrado a monseñor Georges Pontier, arzobispo emérito de Marsella y antiguo presidente de los obispos franceses, como administrador apostólicosede vacante et ad nutum Sanctæ Sedis”, es decir, París quedará con sede vacante hasta que el Papa decida nombrar al nuevo arzobispo.

Declaración de Aupetit

El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó. ¡Bendito sea el nombre del Señor!”, con esta cita del libro de Job ha iniciado el comunicado Aupetit tras hacerse público que el Papa ha aceptado su renuncia.

Lejos de defenderse nuevamente de las acusaciones contra él, el ya arzobispo emérito afirma que recibió “esta pesada carga de la diócesis de París, tratando de descargarla con fervor y dedicación”.

“Doy gracias a Dios, que siempre me ha dado el don de una mirada benévola hacia el prójimo y del amor a las personas, y que en un principio me llevó a la práctica de la medicina”, agrega.

Además, explica que está “feliz de haber servido en esta diócesis con magníficos equipos, clérigos, laicos, consagrados, totalmente dedicados al servicio de Cristo, de la Iglesia y de sus hermanos. Hay demasiadas personas a las que agradecer para enumerarlas todas”.

“Por supuesto, estaba muy perturbado por los ataques contra mí. Hoy doy gracias a Dios por tener un corazón profundamente en paz. Agradezco a las muchas personas que me han demostrado su confianza y cariño durante los últimos ocho días. Oro por aquellos que, tal vez, me desearon el mal como Cristo nos enseñó a hacer, el que nos ayuda mucho más allá de nuestras pobres fuerzas. Pido perdón a quienes pude haber lastimado y les aseguro toda mi profunda amistad y mis oraciones, que siempre serán suyas”, afirma el obispo emérito.

Un caso mediático

Aupetit fue ordenado sacerdote a los 44 años; antes era médico. Quizá esa vocación tardía ha favorecido que tenga roces y enemigos en ambientes clericales. Famille Chretienne , por ejemplo, asegura que sus enemigos le acusan de ser "brutal" en la gestión de la diócesis, con poco respeto a sus colaboradores (en diciembre de 2020 renunciaba su vicario general Aexis Leproux, y en marezo de 2021 su sucesor Benoist de Sinety). 

Aupetit especifica que no dimite ni renuncia a su cargo, sino que "lo dejo en manos del Santo Padre, porque fue él quien me lo dio. Hice esto para preservar la diócesis, porque, como obispo, debo estar al servicio de la unidad", dijo el Arzobispo al diario francés La Croix.

El arzobispo de París se reunió con el Cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos y probablemente fue entonces cuando comunicó su gesto. Le Figaro informó que Aupetit ya informó el lunes 22 de noviembre a su consejo presbiteral sobre su intención de poner su cargo a disposición.

De acuerdo al sitio web 20minutes, la Arquidiócesis de París indicó que la presentación de la renuncia “no es una admisión de culpa, sino un gesto de humildad, un poner a disposición”.

Según Le Point, en 2020 se supo de un correo electrónico de 2012 enviado a una mujer amiga de Mons. Aupetit, que en ese tiempo era vicario general de la Arquidiócesis de París.

Una mujer que insistía en acudir a él en 2012

El tema habría suscitado la intervención del Nuncio Apostólico en Francia y una sucesiva investigación.

Aupetit declaró a Le Point su versión de los hechos: “cuando era vicario general, una mujer se presentaba en distintas ocasiones con visitas, correos, etc., a tal punto que en ocasiones tuve que hacer algunas cosas para distanciarnos”.

“Reconozco, sin embargo, que mi comportamiento respecto a ella pudo ser ambiguo, sugiriendo así la existencia entre nosotros de una relación íntima y relaciones sexuales, cosa que desmiento con fuerza”, agregó el Prelado.

“A inicios de 2012 informé a mi director espiritual y, luego de haberlo comentado con el Arzobispo de París de aquel tiempo (Cardenal André Vingt-Trois), decidí no verla más e informarle. En la primavera de 2020, después de haber recordado esta antigua situación con mis vicarios generales, advertí de ello a las autoridades de la Iglesia”, explicó el Arzobispo.