En estos tiempos de crisis, que muestran los grandes límites del individualismo, los obispos europeos han querido señalar el papel central que ha jugado la familia, "la verdadera célula de solidaridad y compartir, pero también un lugar para rezar juntos. Invertir en la familia es el primer paso hacia una recuperación social, económica y eclesial justa".
Así se han expresado los dos organismos que representan a los obispos europeos, la COMECE (www.comece.eu, que representa a las Conferencias Episcopales de la Unión Europea) y la CCEE (www.ccee.eu, que incluye también las de países europeos no incorporados a la Unión).
Los obispos han renovado su cercanía a todos los que siguen luchando contra el Covid-19, a “las víctimas, sus familias y todos los trabajadores de salud”. Asimismo, han expresado su preocupación por “la crisis económica y la consiguiente pérdida de gran cantidad de empleos”. Piden que todos en Europa trabajen “juntos por una recuperación que no deje a nadie atrás”, un tema que ya trataron en una nota anterior, en mayo.
Además, los obispos comentaron "la fuerte limitación impuesta a la libertad de religión en el contexto del cierre de lugares de culto y la prohibición de liturgias, pidiendo el restablecimiento de las relaciones normales Estado-Iglesia basadas en el diálogo y respeto por los derechos fundamentales”, subraya la CCEE en un comunicado.
Los obispos se reunieron por videoconferencia
Los prelados también han agradecido el servicio a los sacerdotes durante estos meses incluso “sacrificando sus propias vidas” y han puesto de relieve el papel que han jugado las redes sociales en la oración y las celebraciones retransmitidas por ‘streaming’.
Los obispos creen que puede ser una oportunidad para que ahora que se puede regresar a los templos, los católicos “redescubran” la importancia de las celebraciones en los lugares de culto, y han destacado la importancia de la familia, “la verdadera célula de solidaridad”.
La reunión se celebró por videoconferencia, con la participación del cardenal luxemburgués Jean-Claude Hollerich (presidente de la COMECE), el cardenal italiano Angelo Bagnasco (presidente de la CCEE), el obispo Mariano Crociata (de Latina, sur de Italia), Noel Treanor (de Down and Connor, Irlanda), Jan Vokal (de Hradec Králové, República Checa) y Franz-Josef Overbeck (de Essen, Alemania) por la COMECE, y el cardenal Vincent Nichols (de Westminster, Inglaterra) y el obispo Stanisław Gądecki (de Poznan, Polonia) por la CCEE, además del Nuncio del Papa ante la Unión Europea, el francés Alain Lebeaupin.