En 2020, en toda Irlanda será ordenado un único seminarista. "Esto no es sostenible. Nadie viene detrás de nosotros", lamenta Paddy Byrne. Con 46 años, es el segundo sacerdote más joven de la diócesis de Kildare & Leighlin.
"En nuestra diócesis, y en todas las diócesis del país, los sacerdotes continúan entregándose generosamente, y muchos de ellos siguen asumiendo toda la responsabilidad de las parroquias mucho después de cumplidos los 80 años", declara al Independent.
El padre Byrne, muy preocupado por el futuro de la Iglesia irlandesa. Foto: Independent.
Él mismo acaba de asumir una tercera parroquia: hace algunas décadas, para los tres destinos que ahora cubre él solo había siete sacerdotes.
Se ordenó hace veinte años, y aunque le "apasiona" su labor y le resulta "profundamente satisfactoria", no oculta que ve con "preocupación" el futuro ante unas cifras de vocaciones "abismales": "Es muy triste, pero se está acercando el momento en el que ya no será posible la presencia del clero" para muchos momentos donde antes era imprescindible, "a no ser que hagamos algo que realmente cambie las cosas".
Una homilía poderosa
Es en este contexto en el que el próximo domingo será ordenado el joven Shane Costello, seminarista de la diócesis de Tuam, en la basílica de Knock. Será el único en 2020 en las 26 diócesis de Irlanda. Los escándalos de abusos y la rápida secularización de la sociedad irlandesa han pasado factura al que fue hasta hace poco más de medio siglo uno de los países más católicos del mundo.
Paradójicamente, el número de obispos ordenados será el doble: Paul Dempsey será consagrado obispo de la diócesis de Achonry a finales de agosto, y Martin Hayes de la de Kilmore a finales de septiembre.
Shane, junto con sus padres, hermanos y obispo, tras ser ordenado diácono en 2019. Foto: Archidiócesis de Tuam.
Ya cuando Shane fue ordenado diácono, en junio de 2019, su obispo, Michael Neary, hizo referencia en la homilía a la escasez vocacional: "Sería relativamente fácil, con ocasión de esta ordenación, ser excesivamente nostálgico y romántico respecto a los tiempos en los que este santuario se abarrotaba con los ordenandos. A veces la pérdida de lo antiguo nos deja horrorizados. Seamos progresistas o conservadores, nos sentimos amenazados y desubicados. Reaccionamos en formas que pueden resultar angustiadas, irritadas o egoístas. Además, nadie sabe qué perfiles adquirirá el futuro, lo que produce incertidumbre y ansiedad. Estos tiempos inciertos nos exigen estar alerta, atentos a los destellos de la obra de Dios, a su llamada y a su voluntad".
Luego se dirigió al nuevo diácono: "Viviendo entre la nostalgia de lo que podría haber sido y la promesa de lo que seguramente será, invitamos a Shane a confiarse al Señor... Shane encontrará que la estimulante visión de la fe chocará habitualmente con la fantasía auto-indulgente de nuestra cultura. Resultaría fácil acudir a remedios sociológicos, centrarse en las estructuras y dar marcha atrás en nuestra responsabilidad de predicar el Evangelio".
"Si eso sucede", advirtió, "habremos dejado de confiarnos a las promesas de Dios, a la esperanza, a la fe, a la misión, al camino. En esa situación será fácil aceptar los valores dominantes".
"En muchos sentidos, estamos en un punto crítico para la fe religiosa", prosiguió monseñor Neary: "Es obligado decidirse a favor o en contra de la fe. Esta fe será costosa, pero es con esa convicción como el mundo será moldeado, definido y formado por el poder y la realidad de Dios".
"Shane", concluyó el obispo, "vas a ser ministro de Jesucristo con la palabra y con los sacramentos. Y la gente detectará enseguida si crees en lo que dices y si pones en práctica lo que crees".
Profesor Shane
El inminente padre Costello no pasó directamente del bachillerato al seminario. Antes de eso estudió Magisterio y llegó a ejercer un tiempo como profesor. Luego comprendió que lo que realmente podía llenar su vida "era algo más Alto".
Tal vez su ejemplo sirva de acicate a otros jóvenes. En una entrevista vocacional de 2015, le preguntaban cómo animaría a alguien con dudas vocacionales a seguir la llamada de Cristo. Su respuesta fue sencilla: "Considera que, si estás pensando en el sacerdocio, tal vez quien ha puesto ahí esa inquietud es Dios".