El 23 de julio se celebra Santa Brígida, santa que este año cumple un aniversario especial: cumple 25 años como patrona de Europa.

Su patronazgo del continente se remonta al 1 de octubre de 1999, cuando San Juan Pablo II elevó mediante motu proprio también a Santa Catalina de Siena y a Teresa Benedicta de la Cruz como patronas europeas. Se unieron así a San Benito de Nursia, San Cirilo y San Metodio.

Una santa mística y culta

Brígida nació en Uppland 1303, en el seno de una aristocrática familia. De sus padres, el gobernador de Uppland, pariente del rey y uno de los grandes terratenientes del país Birger Persson, e Ingeborg Bengtsdotter, fallecida cuando Brígida tenía solo 12 años, recibió una piadosa educación junto a su tía. También aprendió  del teólogo Nicolás Hermanni, obispo de Linköping, Matías, canónigo de Linköping, Pedro de Alvastrâ o Pedro Magister, mostrando desde la infancia una fuerte sensibilidad religiosa que la llevaría a ser testigo de apariciones.

Con 13 años se casó con Ulf Gudmarsson, con quien tendría ocho hijos, una de ellas también santa, Catalina de Suecia.

En la corte de Magnus Eriksson, Brígida ejerció gran influencia sobre el  rey. Con unos cuarenta años peregrinó a Santiago de Compostela junto a su marido, que murió poco después, en 1344, en el monasterio cisterciense de Alvastrâ en Gothland del este.

Viuda, Brígida se entregó a la vida religiosa mientras continuaban sus apariciones, entre ellas del mismísimo Jesucristo. Escribió las revelaciones recibidas, que Matías Magister y el Prior Pedro tradujeron al latín, y fundó una congregación religiosa, las Brigidinas u Orden del Santo Salvador, confirmada por el Papa Urbano V en 1370.

En 1349 se trasladó a Roma, donde residió hasta su muerte, no sin realizar una nueva peregrinación, esta vez a Tierra Santa, en 1373.

A las gestiones de Brígida cabe atribuir buena parte del regreso del papado desde Aviñón a Roma, en tiempos de Gregorio XI (13701378).

Fallecida en 1373 a la edad de setenta años, Brígida no tardó en ser canonizada el 7 de octubre de 1391, por el Papa Bonifacio IX.

Santa Brígida de Suecia. 

Conversiones siglos después de su muerte

Su influencia siglos después sigue siendo patente. Lo muestra entre otros casos el de la conversa Daniela Rosati, conocida presentadora de la RAI italiana y destacada en los medios del corazón de su país por haber sido la mujer del empresario y jefe del histórico equipo del Milán, Adriano Galliani.

Educada en el catolicismo, Rosati perdió la fe a los 19 años, cuando murió en sus brazos la hija de unos amigos de sus padres.

"En ese momento sentí un gran dolor y pensé que Dios no existía. No encontraba consuelo en la fe y fue la razón por la que no iba a la Iglesia. Estaba enfadada", declaró.

Lejos de la fe, se casó en dos ocasiones por lo civil, incapaz de alcanzar su fuerte deseo de maternidad al perder cuatro hijos durante el embarazo.

"Sufrí mucho y pensaba que no podría vivir. Sólo ahora me doy cuenta de que el Señor tenía para mí otro dibujo”, aseguró tiempo después.

Convencida de que su vida carecía de sentido, lo buscó primero en el budismo, que profesó durante 18 años.

Pero en 2005 la vida de Rosati tuvo otro quiebre. Estaba realizando una investigación sobre la santa europea, cuando acudió a la iglesia de Santa Brígida en Roma y una monja la recomendó visitar la sala de la santa, repleta de turistas esperando para ver la reliquia. "¡Qué raros son los católicos!", pensó.

Pero cuando la tocó, cayó inexplicablemente al suelo, arrodillada.

Rosati relata que “un momento después de caer de rodillas vi venir desde un rincón de la sala una gran luz que entró en mí y en medio de ella la siguiente inscripción: `castidad´". En su visión, también percibió que "el verdadero amor está en el matrimonio en la Iglesia", impactada ahora ante sus previos matrimonios.

Desde aquel instante supo que debía volver a la fe de su infancia, comenzando su camino de regreso plagado de sacrificios para vivir en la castidad que le fue anunciada en su experiencia. Entre ellos, el de anunciarle su decisión a su pareja.

"Me preguntó si pensaba que era el momento para tomar decisiones pero yo le dije que el Espíritu Santo escoge las personas y los momentos", declaró. Poco después, comprendió el designio de la santa, que "quería que supiera que no era la persona adecuada".

La conversa y oblata Daniela Rosati. 

Desde entonces, la italiana optó por "seguir los pasos de la santa", viviendo en castidad y anunciando el Evangelio. En marzo de 2011, tras visitar la ciudad de Vadstena, donde la santa construyó una iglesia y residen las hermanas brigidinas, se comprometió a seguir las reglas de la orden fundada por Santa Brígida, las oraciones diarias, trabajar por la unidad de los cristianos, lo que hace como una de las caras más conocidas de la televisión y de las revistas del corazón italianas. Como oblata, no descarta la idea de ingresar en algún momento a un convento como monja.

La labor de las brigidinas, hoy por todo el mundo

Las comunidades de religiosas que fundó la santa en la Edad Media fueron perseguidas y extinguidas por los regímenes protestantes del norte de Europa en el siglo XVI.

Las religiosas brigidinas fueron refundadas en 1911 por Santa Isabel Hesselblad en la ciudad de Roma. Ella era una luterana sueca que se había hecho católica, en parte inspirada por la devoción a la  Presencia Eucarística que vio en unas amigas católicas y por la fe de los obreros accidentados.

Las brigidinas renacieron para impulsar:

- la vida contemplativa;
- la celebración solemne de la liturgia,
- la apostolicidad (evangelización);
- y el compromiso por la unidad de la Iglesia (lo que incluye el ecumenismo).

Durante la Segunda Guerra Mundial, Hesselblad y las brigidinas de Roma ocultaron a muchos refugiados y perseguidos, incluyendo judíos, por lo que Israel reconoció  a Hesselblad como Justa entre las Naciones. Desde allí se extendieron por 17 países, muchos de Europa del Norte, pero también tienen casas en Estados Unidos, Israel, Palestina, Filipinas, la Cuba comunista y México. Hoy cuentan con unas 60 casas y unas 600 religiosas.

 

En España, según las estadísticas del INE, hay unas 4.600 mujeres que se llaman Brígida, con una media de 67 años. Son más frecuentes en el tercio suroeste del país (de Salamanca y Extremadura a Granada). 

Orar con la Corona de Santa Brígida

Su influencia también se plasma en las oraciones de Santa Brígida o Corona brigidina, basadas en la vida y pasión de Cristo y que constan de dos perseverantes modalidades, ya sean las 15 oraciones de forma durante un año de forma ininterrumpida o las 7 que se rezan durante 12 años. Algunas de las promesas de Jesús (en visiones a la santa sueca) asociadas a su rezo son:

1.- Cualquiera que recite estas oraciones, obtendrá el grado máximo de perfección.

2.- Quince días antes de su muerte, tendrá un conocimiento perfecto de todos sus pecados y una contrición profunda de ellos.

3.- Quince días antes de su muerte le daré mi precioso cuerpo a fin de que escape del hambre eterna; le daré a beber de mi preciosa sangre para que no permanezca sediento eternamente.

4.- Libraré del purgatorio a 15 miembros de su familia (algunas pueden ser del pasado, otras del presente y también del futuro)

5.- Quince miembros de su familia serán confirmados y preservados en gracia. (lo mismo)

6.- Quince miembros de su familia se convertirán. (lo mismo)

7.- Cualquiera que haya vivido en estado de pecado mortal por 30 años, pero si recita o tiene la intención de recitar estas oraciones devotamente, Yo, el Señor le perdonaré todos sus pecados.

8.- Si ha vivido haciendo su propia voluntad durante toda su vida y está por morir (sin que la persona tenga el conocimiento que está por morir próximamente), prolongaré su existencia para que se confiese bien (confesión de vida)

9.- Obtendrá todo lo que pida a Dios y a la Santísima Virgen.

10.- En cualquier parte donde esté diciendo las oraciones, o donde se digan, Dios estará presente con su gracia.

11.- Todo aquel que enseñe estas oraciones a los demás, ganará incalculables méritos y su gloria será mayor en el cielo.

12.- Por cada vez que se reciten estas oraciones, se ganarán 100 días de indulgencia.

13.- Será liberado de la muerte eterna. (no se condenará)

14.- Goza de la promesa de que será contado entre los bienaventurados del cielo.

15.- Lo defenderé contra las tentaciones del mal.

16.- Preservaré y guardaré sus cinco sentidos.

17.- Lo preservaré de una muerte repentina.

18.- Yo colocaré mi cruz victoriosa ante él para que venza a sus enemigos. (Satanás y sus huestes)

19.- Antes de su muerte vendré con mi amada Madre, la Santísima Virgen Inmaculada.

20.- Lo recibiré muy complacido y lo conduciré a los gozos eternos. Y habiéndolo llevado allí, le daré de beber de la fuente de mi divinidad ; cosa que no haré con los que no hayan recitado Mis oraciones.

21.- Se le asegura que será colocado junto al Supremo Coro de los Santo Ángeles.