La señal de alarma saltó en 2006, cuando Nadia Eweida, una azafata de British Airways, se negó a obedecer la orden de la empresa de quitarse la pequeña crucecita que llevaba al cuello. La despidieron. Ella denunció el caso a los tribunales laborales como discriminación religiosa, recordando que la compañía no pide a las musulmanas ni a los sikhs descubrir su cabeza. Perdió el caso en los tribunales, pero la notoriedad de la historia hizo que British Airways cambiase sus normativas sobre el uniforme y recontratase a Nadia (aunque sin compensarle el periodo sin trabajar).
El siguiente caso se dio en 2010. Las autoridades de un hospital dijeron a la enfermera Shirley Chaplin que se quitase su crucifijo con cadenita al cuello, un regalo de confirmación que había llevado durante 30 años en el trabajo sin ningún problema. Le dijeron que era "por seguridad", porque "podía enredarse en algún paciente". Ella se negó: nunca hubo tal problema y era parte de su libertad religiosa. El hospital la trasladó a funciones administrativas. Ella denunció por discriminación religiosa, y perdió el caso, aunque contó con el apoyo moral de siete obispos ingleses. El tribunal declaró que, al contrario que sikhs o musulmanes, ella no tiene una obligación religiosa de llevar el crucifijo.
Nadia es cristiana copta. Shirley es cristiana anglicana. Ya recién jubiladas, han llevado el caso al tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo: se quejan de que los tribunales británicos no protegen sus derechos religiosos. Más aún, se da la circunstancia de que Inglaterra está preparando una ley que explícitamente permita a las empresas y empresarios despedir a sus empleados que se nieguen a quitarse una cruz.
El Foreign Office británico adelantó a la prensa inglesa su línea de defensa ante Estrasburgo, que es la misma que usó el tribunal contra la enfermera: argumentarán que el artículo 9 protege el culto, la enseñanza, las prácticas y los ritos, pero llevar una crucecita no es práctica obligatoria en el cristianismo, mientras que cubrirse el pelo o llevar turbante sí lo es en el islam y la religión sikh.
Y aquí es donde chocan los ingleses con los rusos: porque llevar una crucecita sí es precepto en la Iglesia Ortodoxa Rusa y en muchas otras iglesias ortodoxas europeas. Y puesto que una normativa contraria a la cruz en Estrasburgo tendría consecuencias jurídicas desde Islandia hasta Armenia (el territorio del Consejo de Europa, mucho más grande que la Unión Europea), el Patriarcado de Moscú va a aportar dinero y abogados y visibilidad en Estrasburgo para impedir que el laicismo inglés se extienda por el Viejo Continente.
Así, la radio "Voz de Rusia" ha hecho llegar a muchos rusos el testimonio del párroco de la catedral ruso-ortodoxa de Londres, Mijaíl Dudko:
“Hace poco, en la catedral, se me acercó una mujer ortodoxa, feligresa nuestra. Me contó que en su trabajo la forzaban, a pie de letra, a quitarse la cruz. Esa mujer pidió permiso para seguir llevando su cruz en el cuello, escondida, prometiendo que no se vería. Pero se lo prohibieron bajo pretexto de que el empleador estaba obligado a acatar la posición del gobierno del país que estaba en contra de llevar cruces. Como resultado mi feligresa tuvo que abandonar su trabajo”.
Por eso, el padre Dudko no duda en comparar con la URSS... y los soviéticos salen ganando. “¡En la legislación de la Unión Soviética nunca existió prohibición explícita de llevar cruces!", señala... mientras que Inglaterra ya la está preparando. La URSS contaba, eso sí, con "la atmósfera de la persecución contra la religión que permitía castigar a la gente por su fe, era fácil perder trabajo por una crucecita en el cuello. Me preocupa mucho que en Europa también puede surgir algo parecido. De momento, ¡gloria a Dios!, aún no son casos masivos sino más bien aislados, pero de ninguna manera quiero llegar a verlos normalizados”.
El Patriarcado de Moscú, a través del padre Filipp Riábov, su portavoz en el Consejo de Europa, ya ha anunciado que van a combatir en Estrasburgo la ley inglesa que discrimina a cristianos como Nadia y Shirley y aportarán juristas y recursos.
“No hemos podido quedarnos fuera y desde lejos ver cómo los poderes laicos intentan desterrar el cristianismo de Europa”, declaró recientemente en la radio “Voz de Rusia”. “El fallo del Tribunal de Estrasburgo tocará a todos los países de la Unión Europea, incluida la Federación Rusa, Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, o sea, también a los creyentes que pertenecen a la Iglesia ortodoxa Rusa. Como es sabido, la tradición de nuestra Iglesia prevé que llevar una cruz es obligatorio para los fieles. Así, si el Tribunal de Estrasburgo falla en contra de estas dos cristianas y ratifica la decisión de sus empleadores que les habían prohibido llevar cruces, este precedente podrá jugar su papel negativo respecto a los cristianos ortodoxos que residen en los países europeos más variados. Para nosotros, eso sería totalmente inadmisible, dado que los creyentes están obligados a llevar los símbolos del cristianismo en todas las circunstancias”.
Los representantes del Patriarcado de Moscú junto con los especialistas de Instituto Ruso de las relaciones Estado-Confesiones, han elaborado un documento específico, en que, desde el punto de vista canónico y jurídico, se fundamenta el derecho de los cristianos a llevar, libre y abiertamente sus cruces y profesar la religión elegida. Esta conclusión ya ha sido dirigida a Estrasburgo y será un anexo indispensable en el caso de Nadia Eweida y Shirley Chaplin contra Gran Bretaña, cuya vista en el tribunal Europeo de Derechos Humanos está prevista para el principio de septiembre del 2012.
Mientras tanto, Nadia y Shirley están representadas por Christian Concern y otros grupos cristianos pro-libertad religiosa. Recuerdan que cuando el artículo 9 de la Convención Europea de Derechos Humanos recoge el derecho a "manifestar su religión o sus convicciones individual o colectivamente, en público o en privado, por medio del culto, la enseñanza, las prácticas y la observancia de los ritos", no se refiere sólo al culto, enseñanza, prácticas y ritos obligatorios, como quiere hacer creer el Gobierno inglés en Estrasburgo.
Y en Inglaterra varias voces, como el arzobispo anglicano de York, John Sentamu, lamentan que el Gobierno y los tribunales se hayan metido en el tema. Un tema de fondo es que no está claro si los poderes públicos tienen ninguna necesidad ni capacidad de dirimir si llevar cruz es obligatorio o no en el cristianismo católico, copto, anglicano u ortodoxo. ¿Se permitirá llevar cruz a los ortodoxos pero no a los católicos? ¿Qué pasará con los coptos nacidos en Egipto, que se la tatúan en las manos?
Como dice el párroco de la catedral ortodoxa de Londres, ni la URSS legisló sobre eso. Los soviéticos no hicieron leyes para facilitar el despido de empleados que muestran su cruz.