Cherie Blair, esposa del ex primer ministro laborista británico Tony Blair y católica de nacimiento (su marido se convirtió en 2007), ha sacado a relucir su lado feminista más radical durante el encuentro de MPW (Most Powerful Women: las Mujeres Más Poderosas) organizado por la revista Fortune en el londinense Hotel Claridge. 

Ha llamado la atención, y así lo ha resaltado la prensa británica, la agresividad de su lenguaje y de las ideas transmitidas. Cherie criticó a las conocidas como yummy mammies, mujeres con estudios y una carrera profesional brillante que la dejan para dedicar todo el tiempo al cuidado y educación de sus hijos, porque los ingresos de sus maridos son suficientes para proveer a las necesidades familiares.

"Todas las mujeres tienen que ser autosuficientes, y no hay alternativa. ¡Y luego oyes hablar a esas yummy mummies de ser las mejores madres posibles y poner todo su esfuerzo en sus hijos...!": según Cherie Blair, son un mal ejemplo para ellos porque no les animan a buscar la independencia, y porque les ponen en riesgo en caso de que el padre fallezca.
 
Acusó a algunas mujeres de buscar "casarse con un hombre rico y retirarse", y censuró que las jóvenes británicas estén dando la espalda al feminismo de sus madres.

Aun así, la mujer de Tony Blair reconoció que ella había llevado demasiado lejos el trabajar al tiempo que criaba a sus cuatro hijos: “Hice muchas tonterías que hoy no animaría a ninguna joven a hacer, y no tuve en cuenta lo que supone estar embarazada". Pero critica las precauciones de uno de sus partos: "Diez días antes de la fecha en la que estaba previsto el nacimiento de uno de mis hijos todavía estaba trabajando y me forzaron a hospitalizarme porque decían que el niño no estaba creciendo. Era una tontería, estaba perfectamente".