En el Parlamento de Dinamarca, con 111 diputados, 85 votaron a favor de que la Iglesia luterana esté obligada a celebrar bodas entre parejas del mismo sexo a partir del 15 de junio.

La normativa permite a un pastor concreto negarse a celebrar la ceremonia si contradice sus valores personales, pero no puede negarse a prestar el templo para ella, y en cualquier caso los obispos luteranos daneses están obligados a garantizar que la celebración religiosa tenga lugar.


La Iglesia luterana es oficial y mayoritaria en este país de 5 millones de habitantes, aunque casi nadie la practica: menos del 10% de la población acude a los servicios dominicales. Según datos del Ministerio de Religión de 2008, un 81,5% de daneses pertenece a ella. Una encuesta del Eurobarómetro 2005 establecía que sólo un 31% de daneses cree que "hay un Dios", mientras que un 49% cree que "hay algún tipo de espíritu o fuerza vital" y un 19% está convencido de que no hay ni dioses ni espíritus ni fuerza vital.


De hecho, el Ministro de Religión, Manu Sareen, es un agnóstico declarado. Y está muy contento de que ahora los templos luteranos celebren bodas del mismo sexo.

Hay que señalar que muchos de esos templos fueron católicos: en el país se mantienen más de mil iglesias construidas entre el año mil y 1536. Dinamarca empezó a ser evangelizada por San Oscar en el siglo IX, época de vikingos y violencia.

"Pienso que es importante dar a todos los miembros de la iglesia [luterana estatal] la posibilidad de casarse. Hasta ahora sólo podían las parejas heterosexuales", declara el ministro Sareen...olvidando que los polígamos, los menores de cierta edad, los que mantienen cierto nivel de consaguineidad y los que ya están casados siguen teniendo negada esta opción. Pero si el distinto sexo ya no es un requisito, ¿cuánto tardarán en dejar de serlo el número, la edad o la no consanguineidad? El matrimonio no goza de buena salud en Dinamarca: seis de cada diez niños primogénitos nacen fuera de él.


Probablemente Dinamarca es el país "más progre" del mundo. Fue el primero del planeta en aprobar las uniones civiles del mismo sexo en 1989, equivalente casi en todo al matrimonio. Arrastró con su ejemplo a Noruega en 1993 y a Suecia en 1994. Después, en 1997, implantó el matrimonio gay civil. Y ahora impone el religioso en la Iglesia estatal luterana.

"El debate ha sido duro. La minoría entre el pueblo, los políticos y el clero contra el matrimonio gay realmente han hablado fuerte durante el proceso", asegura el ministro agnóstico de religión, gran impulsor de la ley.

En realidad, en el clero los defensores del matrimonio natural eran una minoría. Entre ellos está el obispo luterano Karsten Nissen (en la foto), que se niega a realizar esas ceremonias y advierte del peligro de cisma.


Pero al único obispo católico del país, Czeslaw Kozon, no le parece muy probable que los luteranos conservadores lleguen a escindirse de los oficialistas. Según declaró a Radio Vaticana: "es difícil ver las consencuencias a largo plazo". En cuanto al efecto entre los católicos "el Ministro de Religión nos ha asegurado que la norma no es obligatoria para las denominaciones no luteranas". Pero... ¿y más adelante? "Uno nunca sabe. Hay voces que piden que sea obligatorio para todos", admite el obispo católico.

La diócesis católica danesa es de las más grandes en extensión del planeta, porque incluye Dinamarca, las Islas Faroes y la inabarcable Groenlandia, pero apenas cuenta con unos 35.000 católicos. Hay libertad religiosa en el país desde 1849.

Es curioso que desde el 15 de junio ya se celebren los rituales luteranos de matrimonio gay. En Noruega la Iglesia lleva desde 2008 con el matrimonio gay luterano aceptado pero sin un ritual establecido.


En Finlandia en 2007, la Iglesia luterana estatal multó a un pastor de su Iglesia por negarse a concelebrar con una "presbítera". Cuando el pastor recurrió al Tribunal Supremo, éste dictaminó en noviembre de 2010 que los miembros de la iglesia estatal tienen que acatar las reglas sobre “la igualdad de género" y que “las acciones que son tomadas en base a la fe no pueden infringir los derechos humanos, lo que incluye la discriminación por género”, según queda señalado en la orden judicial.