Ciertamente el país no tenía esta necesidad: 500.000 euros de subvención para la muestra cinematográfica de Turín “De Sodoma a Hollywood”, vigente del 19 al 25 de abril. El título no es muy feliz, porque, como es sabido, de Sodoma no salió nadie vivo (excepto Lot y los suyos, que eran heterosexuales). Simultáneamente en la sección piamontesa del “Diario”, el consejero municipal Maurizio Marrone (naturalmente del Pdl) piensa “en las familias tiradas en la calle a las cuales se les deniega una casa corriente por falta de recursos” y apunta el dedo contra “títulos y argumentos que no encontrarían jamás un mercado” sin el apoyo público ( … y yo pago, decía Totó).

Por ejemplo, a propósito de argumentos, se ha escrito en el programa oficial que el documental La Cocinera -en la escena transexual- trata de “cuatro transexuales y artistas de la canción melódica in drag” (es decir, vestidos de travestis, pavos con aguja, plumas y lentejuelas) que se “reparten por los callejones de Nápoles, donde se prostituyen) y el escenario de “bautismos, comuniones y matrimonios” (¿documental o piadoso deseo?. El cortometraje mexicano A Rapel habla de un hombre que experimenta una fuerte atracción sexual por el nieto” y trata de “seducirlo”. Tiene un particular interés el cortometraje ¿Qué sabes tú? Encuentros de amor con mandil. Ni una referencia masónica, sino “veinticinco niños de entre seis y doce años” que responden “con candor e ingenuidad” a preguntas de gays y lesbianas y sobre cómo la homosexualidad “es vivida por ellos y por su entorno”.

El consejero Marrone en todo esto no ve otra cosa que “un canto a la basura y a la decadencia”. Y recuerda otros beneméritos espónsores de las instituciones , como Paratissima (donde se puede contemplar al Papa crucificado sobre una esvástica) y la Gay Map que “ilustra las metas turinesas del sexo en ocasiones abiertamente homosexual”.

Simultáneamente el alcalde de Londres ha tenido que claudicar ante la indignación LGBT, porque una asociación anglicana se había atrevido a cubrir los autobuses públicos con publicidad de terapias reparadoras de trastornos de la personalidad (entre los cuales la tendencia homosexual). Las asociaciones gays (usando multiplicidad de siglas para aparentar ser muchos: como decía Mussolini, “el número es el poder”) no quieren oir hablar de “desórdenes objetivos”. La ansiedad, el insomnio, los ataques de pánico, la depresión, el estrés, las fobias van en aumento, incluso el autismo, la anorexia y la bulimia. Pero no hay que atreverse a “sanar “ a los gays, no sea que su número-poder disminuya rápidamente .

Por el contrario, el proselitismo activo (también en los colegios, con el dinero de todos y hasta con el apoyo de la ley penal) hará aumentar el número, hasta el día fatal en el cual se tornará obligatorio. Corren malos tiempos.

Traducido por José Martín.