Baden-Powell, anglicano, dejó indicado que una de las funciones de esta pedagogía implicaba «el sentido de Dios».
Entre 1911 y 1912, hace ahora un siglo, se crearon en Francia los primeros grupos de scouts católicos, aunque fue el jesuita Jacques Sevin, hoy en proceso de beatificación, quien sentaría las bases del escultismo católico internacional.
Las virtudes heroicas del padre Sevin ya han sido aprobadas por la Congregación para la Causa de los Santos, y se espera que este verano el Papa las ratifique con su firma.
En España, la relación de los católicos con las asociaciones scouts es compleja.
Por un lado, están los Scouts de España (ASDE, https://scout.es), que acaba de cumplir un siglo, con unos 30.000 miembros organizados en más de 450 grupos. Es una asociación aconfesional donde «cada grupo tiene una gran independencia», explica su presidente, Julio del Valle, que se formó en un grupo «que venía de los maristas».
Un grupo de ASDE puede ser militantemente laicista y otro puede ser parroquial y devoto, pero muchos consideran que en los años 70, al desaparecer las entidades juveniles franquistas, los socialistas se integraron de forma considerable en esta asociación. Del Valle señala que en ASDE estuvieron desde el ex presidente José María Aznar hasta el muy laicista Pedro Zerolo.
En su revista de invierno de 2011, describen un «voluntariado de género» en el que los chavales aprenden que «el feminismo nunca ha matado a nadie, el machismo mata cada día» y donde se les enseña a «observar los espacios públicos con perspectiva de género». Puesto que uno de los temas que trabaja el método scout es la salud y la higiene, es evidente que puede chocar la educación sexual católica, basada en el noviazgo casto y el matrimonio, con la de algunas administraciones, basada en los preservativos. «Procuramos ser sensibles a la identidad de cada grupo», responde Del Valle.
La alternativa católica principal es el Movimiento Scout Católico (MSC, scouts.es), que nació inspirándose en la experiencia del padre Sevin y sus Scouts de Francia. Hoy implica a unas 20.000 familias, 37.000 personas y 600 comunidades cristianas. Pero, de nuevo, aunque cuenten con consiliarios de la Iglesia, no es extraño encontrar aquí y allí algún grupo que no se adhiere completamente a la enseñanza católica, para agobio de párrocos que sí lo hacen.
Además, el MSC hace décadas que separó a los chavales de 12 años de los de 15, mientras que el sistema original de Baden-Powell juntaba a estas edades: el quinceañero era líder y ejemplo para los de 11 y 12 años.
Mantienen el sistema tradicional en Scouts de Europa (www.scouts-de-europa.org), asociación internacional de derecho pontificio con 20.000 miembros en Europa, que tiene presencia en España en siete diócesis.
En esta asociación, los adultos forman al quinceañero, que es el modelo que admiran los más pequeños. Esto permite generar líderes más jóvenes y comprometidos y también ayuda a seguir de cerca la ortodoxia del grupo.